En la IFA 2018 celebrada en Berlín hace unos días nos encontramos con la presentación por parte de algunos fabricantes de los primeros televisores con resolución 8K que preparaban su llegada al mercado. Firmas cómo Samsung, LG y TCL mostraron sus próximos televisores de 8K que además esperan entrar en producción para llegar al mercado. ¿Significa que llega la hora de nuevo de cambiar de televisor?.
No tan rápido... vamos a echar un poco el freno. Es cierto que la industria, al menos los fabricantes, es lo que desearían. Que cambiásemos de televisor cómo de teléfono, a ser posible una vez al año. Pero por una parte no es ni rentable y por otra tampoco es factible. Por economía y practicidad, aún le quedan años de vida a la resolución 4K y todavía se pueden aprovechar sobradamente los modelos Full HD. Vamos a repasar porqué aún falta tiempo para que el 8K llegue a nuestros salones.
No diga 8K, diga UHDV
Y empezamos con algo básico. Cómo ya ocurrió en su momento con la resolución 4K, el marketing jugará en la nueva generación de televisores un papel protagonista. En realidad no se podía hablar de 4K (2160p) y lo correcto es usar el término UHD. Se trata de 4.096 x 2.160 píxeles en el 4K frente a los 3.460 x 2.160 en UHD. Es cuestión de píxeles y lo mismo parece que pasará con el formato 8K (4320p).
Una pantalla 8K cuenta con una resolución de 8.192 x 4.320 con relación de aspecto 17:9 y 33,2 millones de píxeles. Muy por encima de los 8,3 millones de píxeles del formato 4K y los 2,1 millones de píxeles del Full HD. El problema es que en realidad más que 8K deberíamos hablar de UHDV, ya que la resolución mostrada será de 7.680 × 4.320 píxeles y una relación de 16:9.
Denominación | Resolución | Otros nombres | |
---|---|---|---|
8K | 7.680 x 4.320 píxeles | 8K | |
4K DCI | 4.096 x 2.160 píxeles | 4K | |
UHD | 3.840 x 2160 píxeles | 4K, UHD | |
2K | 2.048 x 1.080 píxeles | 2K | |
WUXGA | 1.920 x 1.200 píxeles | Widescreen Ultra Extended Graphics Array | |
1080p o Full HD | 1.920 x 1.080 píxeles | Full HD, FHD, 1080p, 2K | |
720p o HD | 1.280 x 720 píxeles | HD, Alta Definición |
Con ese matiz, está claro que el 8K ofrecerá imágenes con más detalles y nitidez, pero ¿realmente vamos a notarlo?
Para poder apreciar esa mejora vamos a precisar de unas grandes pantallas. Paneles por encima de las 75 pulgadas que no tendrán cabida en la mayoría de los hogares. Por espacio en la pared, en los muebles o porque la distancia de visualización no será por regla general suficiente.
Y es que junto con las grandes diagonales, esa mejora en la imagen sólo será apreciable si nos situamos lejos de la pantalla, sobre todo con esas diagonales. Queda por lo tanto patente que hay otras mejoras más importantes a priori en un televisor, mejoras que sí que podremos notar y apreciar. Es el caso del HDR y sus distintos modos cómo son HDR10, Dolby Vision, el más reciente HDR10+, HLG...) o de la nueva generación de televisores con paneles OLED, QLED o microLED. Mejoras que ofrecen una gama de colores más amplia, más brillantes y vívidos y un mayor contraste. Aspectos que sí que de verdad vamos a apreciar.
Muy poco contenido en 8K nativo
Si con las pantallas en 4K hemos tenido escasez de contenido para poder aprovechar todas sus bondades, imaginemos en los futuros modelos 8K. El contenido disponible es anecdótico y a la escasez los fabricantes le hacen frente con ingenio.
Es el caso de Samsung, que habla de una conversión ascendente apoyada en el uso de la Inteligencia Artificial en los nuevos paneles QLED que se encargará de escalar videos de menor calidad a 8K. Será la forma de aprovechar el contenido 4K disponible en los nuevos modelos, puesto que contenido en 8K nativo habrá muy poco... al menos de entrada.
Basta poner cómo ejemplo que Netflix comenzó a contar con contenido en 4K en 2015 y no ha sido hasta bien entrado 2017 cuando ha formado una biblioteca decente. Fuera de Netflix muy poco. Nos queda tirar de algunos eventos deportivos, del formato físico, de las modernas consolas de videojuegos y poco más. De la televisión tradicional, al menos en España, ni hablamos. Poco en 4K y en 8K... el desierto.
Poca evolución y precios altos
A los paneles 4K actuales aún le queda mucho margen de evolución. Los televisores LED cuentan con una tecnología madura, los de tipo OLED tienen una gran calidad de imagen, los QLED han mejorado notablemente y ya ven aparecer en el horizonte a los paneles microLED. Y todo en esos 3.840 x 2.160 píxeles.
Se trata de televisores que supusieron un gran paso frente a los modelos 1080p, un salto que no veremos o al menos no apreciaremos de entrada en los primeros 8K que lleguen al mercado. No vamos a notar un salto tan grande respecto a los modelos que podemos encontrar en el mercado. Y eso sin tener en cuenta que el futuro más cercano puede pasar por los paneles MicroLED, pese a que algunas voces opinan lo contrario.
De hecho la empresa coreana cuenta con el impresionante The Wall y sus 146 pulgadas, un exclusivo modelo que aunque restringido a clientes muy concretos marca el camino que Samsung y otras marcas deben adoptar en el futuro con la resolución 4K.
Estas pocas ventajas se suman a otro gran handicap cómo son los precios. De entrada y cómo ocurre con cada nueva tecnología que llega al mercado, los precios no serán altos... serán prohibitivos, al menos para la mayoría de los mortales. Ese elevado coste hará que de entrada no resulten atractivos.
El Samsung Q900FN que hemos visto en Berlín lucía impresionante. También LG cuenta con un televisor OLED que hemos visto en la IFA 2018 y las sensaciones han sido muy buenas. Pero los precios... ¡ay! los precios.
Lo que hemos visto en la IFA 2018 ha servido para ver cual es el camino... pero a largo plazo. Por muy tentador que pueda parecer, la sociedad no está aún preparada para dar el salto a la resolución 8K, perdón, Ultra UHD. Así que si estás pensando en hacerte con un nuevo televisor puedes estar tranquilo: al formato 4K aún le queda mucho tiempo por delante.
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