La futura fusión entre Orange y MásMóvil continúa dando pasos en su tramitación, y la Comisión Europea acaba de anunciar que su evaluación pasa a una segunda fase en la que investigará de manera exhaustiva, con arreglo al Reglamento de concentraciones de la UE.
El motivo es que a la Comisión Europea le preocupa que la operación pueda reducir la competencia en la prestación minorista de servicios de banda ancha móvil y fija, con repercusiones negativas en el precio que pagan los usuarios o un empeoramiento del servicio recibido.
Objetivo: evitar que se reduzca la oferta minorista
La Comisión Europea ha constatado que la operación disminuiría el número de operadores de red de cuatro a tres, eliminando así un competidor 'innovador y significativo'. Además, Orange y MásMóvil tendrían la capacidad y el incentivo para restringir el acceso mayorista de los operadores virtuales.
Por estos motivos, la Comisión va a efectuar una investigación exhaustiva sobre los efectos de la operación propuesta para determinar si se confirman sus reservas iniciales en materia de competencia. No obstante, aclaran que la apertura de la investigación no prejuzga el resultado del procedimiento.
"Queremos asegurar que los consumidores españoles seguirán teniendo servicios de telecomunicaciones asequibles y de alta calidad, incluidos los prestados por operadores virtuales que necesitan un acceso mayorista competitivo a las redes fijas y móviles para ofrecer sus servicios en los mercados minoristas de telecomunicaciones", ha explicado en un comunicado la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario encargada de Competencia, Margrethe Vestager.
Ahora, la Comisión dispone de 90 días hábiles, hasta el 21 de agosto de 2023, para adoptar una decisión sobre los remedies que puede imponer para permitir la fusión, y que pueden afectar a la cantidad de espectro que tiene que ser devuelto, la infraestructura de fibra y móvil que puede ser vendida a bajo coste a otros rivales, o la necesidad de tener que desprenderse de parte de su cartera de usuarios.
Algunos de los receptores de estos remedies podrían ser Digi, Avatel o finetwork, sobre todo en lo que se refiere a redes de fibra. La modesta red móvil desplegada por Yoigo podría ser desmantelada y el espectro sobrante ser reabsorbido por Movistar y Vodafone, ahora que el Gobierno planea permitirlo.
Si el objetivo es evitar que se reduzca la oferta minorista, la solución parece pasar por garantizar un acceso mayorista competitivo. Para saber cómo pretenden lograrlo y los activos de los que tendría que desprenderse la nueva compañía líder en usuarios, habrá que esperar a finales del verano.
Más información | Comisión Europea.
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