Segundo de Chomón y el Cine Mágico(Publicado originalmente el 21 de enero de 2005 en mi blog Frunobuland, hoy desaparecido)
El 27 de enero de 2001, tuve el honor de asistir a una proyección retrospectiva de parte de la obra de Segundo de Chomón en el cine IMAX 3-D... ja, es broma: en la Filmoteca de Madrid. Recuerdo esa lejana tarde como una de las sesiones de cine más divertidas a las que he ido nunca. La única vez que he visto la Filmoteca repleta de niños y niñas absolutamente pasmados ante lo que se desarrollaba en la pantalla. Algunas de aquellas imágenes, rodadas en algunos casos hace más de 100 años, provocaban risillas condescendientes, por lo primitivo de su factura; otras, verdaderas carcajadas, ante la destreza e imaginación que demostraban aquellos hombres de hace dos siglos para rodar esas películas cortitas; y casi todos salimos de allí muy emocionados. Yo, incluso más feliz que antes de haber visto aquello: magia, pura magia.
Porque Segundo de Chomón es uno de los padres indiscutibles del cine de fantasía y ciencia-ficción, y de la animación. Uno de los que pusieron la primera semillita, que poco a poco fue creciendo y germinando toda una industria, toda una cultura. Un visionario, un pionero de los efectos especiales. Y era español. De Teruel.
Segundo nació en 1871, y después de cursar estudios básicos comenzó a trabajar de delineante. Apenas se sabe nada sobre su infancia y adolescencia, como pasa con casi todos los personajes históricos. Igual que otros de nuestros grandes artistas, y ante el poco futuro que debían prever en un país cuasi-tercermundista como el nuestro, no tardó en emigrar a París en 1895, muy poco tiempo antes de que los hermanos Lumière inventaran el cinematógrafo. Se casó con una arctriz de teatro llamada Julienne Alexandre Mathieu, pero poco después tuvo que marchar a la guerra entre España y Estados Unidos. Para cuando volvió a París a lamerse las heridas, su esposa ya estaba inmersa en el mundo del cine, y trabajaba en el taller de coloreado del mismísimo George Méliès. Inmediatamente se puso a trabajar en el estudio de Méliès, y debido a sus inquietudes artísticas y plásticas enseguida quedó prendado de ese medio, y obsesionado de por vida con el cine del futuro, con emplear unas nuevas técnicas que él y otros contemporáneos iluminados, empezaban a utilizar.
A Chomón se le considera inventor, principal y concretamente, de dos técnicas: el pochoir (un sistema de coloreado de fotogramas que posteriormente fue patentado por Charles Pathé, y denominado de por vida como Pathécolor), y el travelling (que utilizó por primera vez siendo ayudante de cámara en 'La vie et la passion de Nôtre Seigneur Jesuschrist' de Lucien Nonguet, 1906-1907). Además, fue el impulsor del sistema stop-motion, y desarrolló múltiples efectos de cámara, aparentemente sencillos y habituales hoy en día para cualquier experto videoaficionado, pero que entonces fueron toda una revolución.
Desde el año 1902, Chomón se instala en Barcelona, donde rueda algunas escenas en exteriores, sin tardar en ponerse a experimentar con el (todavía inexistente) cine fantástico, con cortos como 'Choque de trenes' (1902), 'Pulgarcito' (1903) o 'Gulliver en el país de los gigantes' (1904). El primer film español rodado con manivela, es decir, foto a foto de tal forma que podían moverse objetos y actores entre un fotograma y otro, fue su obra 'Eclipse de sol', de 1905. Ese mismo año es reclamado para volver a París, donde seguirá experimentando, de nuevo en el taller de Pathé, con presupuestos más holgados y con gran libertad creativa. En esta etapa realiza más de 150 películas, entre ellas sus obras más conocidas (16 de las cuales yo tuve ocasión de ver en la citada muestra de la Filmoteca). Películas con viajes a planetas lejanos, duendes y fantasmas, objetos que cobran vida, personas con ocho brazos... Y todo ello en colores.
Siete años de brillante y desbordada creación, que se ven truncados cuando el estudio de Pathé compra al de su gran competidor, Méliès, y se puede permitir privarse del español: a la emergente compañía le interesa ahora llevar a la pantalla adaptaciones de novelas clásicas, dando lugar a las primeras películas de larga duración, en detrimento de la experimentación y el fantástico (hay que tener en cuenta que no existían las salas de cine, sino que las películas se vendían a la clase alta para el visionado particular y el disfrute de la jet-set de entonces).
Chomón vuelve a Barcelona con el zoom entre las piernas, pero debido a las limitaciones de nuestra industria, qué le vamos a hacer, duró hasta 3 años, y se limitó a poco más de veinte cintas, centradas en la temática popular imperante: sainetes, entremeses, zarzuelas... En 1912 huye a Italia, para incorporarse al estudio de Giovanni Pastrone.
En la Italia de comienzos del siglo XX, ya se veía venir, empezaba a pegar fuerte el llamado peplum, el género de epopeyas históricas, pasajes bíblicos o leyendas mitológicas. Aquí es donde participó en la anteriormente citada producción sobre la vida de Jesucristo, y otras aventuras en Pompeya, Troya o Cabiria. Precisamente en la superproducción de tres horas "Cabiria" (Giovanni Pastrone, 1913-1914), Chomón volvió a hacer historia con su impresionante manejo de la cámara y la iluminación, y en la materialización de efectos especiales.
A finales de los años diez, y principios de los años 20's del siglo pasado, es decir, en plena IGM, Chomón permanecerá en Turín, donde seguirá trabajando como técnico, moviendo la cámara y desarrollando efectos especiales, en películas tales como la conocida "Napoleón" de Abel Gance (1927), y disfrutará de un gran reconocimiento en el gremio, agasajado con premios y reclamado en los estudios más conocidos, y sin dejar de investigar nuevas técnicas de coloreado. Moriría en 1929 después de un viaje a Marruecos.
Hasta aquí los datos biográficos. A continuación, vienen las reseñas. A volapluma. Se trata de un corta/pega de algunos apuntes que tomé en su día, aquella tarde de hace 4 años de la que hablaba al principio. Encontré esta semana por ahí las notas de un cuaderno de campo que llevaba entonces, y me pareció curioso y (quizás) interesante para alguien mis humildes impresiones, justo después del visionado de aquel cine futurista y mágico que se hacía hace más de 100 años. Pero aviso que entonces yo era igual de denso y a ratos incongruente que ahora...:
«Se trataba de un ciclo de películas breves rodadas entre 1905 y 1911 por Segundo de Chomón, un prolífico director, guionista y creador de efectos especiales nacido en Teruel y residente en Francia. Eran los comienzos del cine, y sin embargo las películas de este tipo eran pura magia. Estuve todo el rato maravillado, con una sonrisa ingenua, invadido de felicidad, pensando en lo increíble que era que hace cien años alguien pudiera hacer que los objetos de sus películas (muebles, vasos, dados o pajaritas de papel) se movieran solos, que la gente apareciera de la nada, desapareciera o se transformara, que las flores se convirtieran en personas, que un grupo de acróbatas japoneses formaran torres humanas de hasta nueve personas con un niño de unos 5 años sujetándoles a todos, que un grupo de científicos viajara a la Luna, o a Júpiter, y conociera a sus extraños y mágicos ciudadanos, que una casa encantada atacara a sus habitantes, que un hombre de 15 centímetros saliera de una caja y se comunicara con una mujer de tamaño natural... Incluso incluían efectos como el coloreado de fotogramas, transparencias, fotomontajes, dibujo sobre los fotogramas, stop-motion, proyección "marcha atrás"...
» Pura magia. En la sala de cine (abarrotada, como digo) se respiraba un ambiente de lo más agradable, había muchas carcajadas, y numerosos comentarios ingenuos y a voz en grito de las niñas de mi derecha...
» Fueron en total 16 películas cortitas, mudas por supuesto, 99 minutos en total. La proyección pertenecía al ciclo "Tesoros de la Cinémathèque Française", películas rodadas en Francia y restauradas recientemte por la Cinémathèque, en su mayoría nunca antes proyectadas o al menos no sin censura o en tan buen estado.
» Algunas de las que vi hoy de Chomón, por ejemplo, estaban perfectamente conservadas, como por ejemplo la primera, 'La casa de los duendes' ('La maison des revenants' de 1911) que contaba una divertidísima historia en un edificio, en el que el portero invita a todos los habitantes a una fiesta menos al cascarrabias del piso más alto, el cual se entera de la fiesta, y de que no ha sido invitado, y prepara trampas para todos sus vecinos aprovechando que todos están en la fiesta, y logrando que todos culpen al portero y le den un escarmiento. Preciosa, en perfecto estado de conservación (blanco y negro nítido, incluso brillante), y puro teatro y mueca. Es la única en la que no descubrí efectos especiales, sí mucha parafernalia, pirotecnia y mucho efecto especial "real".
» Otros títulos: 'Cauchemar et doux rêve', de 1908: una mujer está dormida en un banco del parque, y se ven sus sueños y pesadillas, con duendes y monstruitos que aparecen y desaparecen; 'Les cent trucs', 1906: una actuación de magia, con la cámara fija como si fuera el espectador de un teatro, en el que sale y entra gente de un espejo, hacen acrobacias y se transforman en otras personas...; 'Les cocottes en papier', 1908: una domadora de pajaritas de papel hace que se muevan con vida propia ante sus órdenes, o se transformen en gente real; 'Les dés magiques', 1908: una maga en un escenario, que con simples gestos va construyendo torres y edificaciones con dados gigantes, que saltan del suelo por arte de magia. Es un simple truco de proyectar "marcha atrás", cuando en realidad la maga lo que hacía era derribar las torres de dados; 'El hotel eléctrico' ('Hôtel électrique', 1905: uno de los mejores, sobre una pareja que llega a un hotel en el que los objetos se mueven y funcionan solos, gracias a la stop-motion, y ayudan a los visitantes cortándoles el pelo, colocando sus ropas, afeitándoles, etc. Hasta que la maquinaria falla y los objetos se mueven como locos; 'Kiriki, acrobates japonais', 1907, es el más divertido de todos: una familia de ridículos (por los disfraces) japoneses hacen torres humanas imposibles, sujetos por el menor de ellos por un solo dedo, o apoyados con la cabeza sobre el dedo del inmediatamente inferior... Pura magia. El truco: los acróbatas están realmente tumbados, haciendo las figuras en el suelo, y la cámara les enfoca desde arriba... ¡¡Genial!!».
(Nota: la mayoría de datos biográficos e imágenes los he obtenido de aquí.).
Me ha pasado una cosa recientemente que me tiene muy ilusionado. Cuando ya estaba a punto de tirar la toalla y ponerme a tocar la flauta travesera en la puerta del Carrefour para reunir ese sobresueldo que me ayudara a llegar a fin de mes, le di una patada a una rabanera de aceitunas negras (esto tiene sentido para mí, aunque no lo parezca) y me ha salido un curro que parece que lo hubiera diseñado yo. A partir de ahora, y que dure, voy a dedicar parte de mi (abundante) tiempo libre a escribir desde casa, por encargo, y al peso. Una cosa muy de la 2.0, de decorar la publicidad con letras, con su parte agradable y su parte más coñazo; con una parte creativa y entreteniad y otra parte desquiciante. En cualquier caso, haciendo cuentas creo que voy a ir sobrado otra vez, como antes de mi última hecatombe laboral. Y nunca había cobrado por trabajar en pijama comiendo donuts, y de momento me encanta. Quería contármelo, que todavía no es rutina, que estoy en ese puntito entusiasta, dando saltos en el trampolín.
Por eso no he puesto nada aquí estos días, aunque estoy todo el rato pegado a Internet, Pero poco en la burrosfera y más en la businessfera. Pero es que acabo de ver la película del cromo, el documental "King of Kong (A fistful of quarters)" (Seth Gordon, 2007), y creo que es la película más redonda, más épica, más trepidante, más emocionante del mundo, la historia más grande jamás contada, y además todo es real. Tenía que recomendarla.
Es que es brutal. La clásica historia del bien y el mal, Ying contra Yang, que es incluso anterior al hombre. Una fábula primordial, de superación humana, de sacrificio, de constancia. Con árbitros mezquinos que están del lado del malo, como en "Karate Kid"; con tipos que traicionan al protagonista en su mejor momento, como en "Rocky"; con un héroe incomprendido que recorre medio planeta para ver cómo su sueño es vapuleado por un redneck con mullet, demasiadas sospechas a sus espaldas y mucho dinero de dudosa procedencia, que siempre se beneficia de las podridas decisiones de los jueces de las competiciones nacionales de videojuegos clásicos, como en "La Ilíada". Con un toque de "Cabiria", otro de "Tora, tora, tora", un poco de "Los Mejores", otro poco de "La venganza de los novatos"...
El argumento y los personajes parecen sacados, además, de "Vaya par de idiotas", pero sin parodias, allí todos son reales: el soplapollas del mullet al que la cámara le pilla peinándose cada dos por tres; la octogenaria que defiende su récord mundial de Q*Bert; el del bigotito con el guante para jugar a Marble madness; el zumbado que se pasa la mayor parte de su vida, atención, viendo partidas de Pac-Man de 48 horas una y otra vez, las mismas partidas una y otra vez, grabadas en VHS, para comprobar si hay tongo; el árbitro internacional-cantante folk que se parece a Juan Cuesta también es real; y la niña de 10 que tiene las mejores líneas de diálogo cinematográfico de lo que va de siglo. Y luego están las hienas que están de parte del malo, que tratan de poner nervioso a toda costa al aspirante a record Guinness de Donkey Kong, que van dando voces por toda la sala anunciando la "pantalla asesina" (parecía la escena de "Zoolander", cuando Billy Zane anuncia que "va a haber un duelo"), que anteponen su vida a perder la cassette con el récord del malo. Todo es real, esa gente existe, y eso que cuentan no es una parodia de nada. No es lo último de los ZAZ, todo eso así, son imágenes de archivo, hay gente así, es asombroso. Es magnífico.
La música es cojonuda, es un protagonista más, como se suele decir. Como todo es tan oportuno que parece preparado, que hay un guión detrás, del mismo modo parece que hasta Robert Smith, Survivor o incluso Richard Wagner hubieran compuesto esas canciones para colarlas ahí, en el momento justo. Hasta la vieja del Q*Bert se murió durante la postproducción, para añadirle carga sentimental al conjunto. De verdad que superados los quince minutos de "qué demonios es esta mierda friqui", yo aplaudía con las orejas, daba saltos de alegría. Y eso que los videojuegos me la sudan. Me pasé el Spy hunter y el Commando, y en ocasiones juego al Sensible Soccer, al Scorched earth y al Rampage, pero muy poco. Y me hacía peras jugando al Larry's como todo el mundo, pero ya. Pero para el aficionado tiene que ser la mejor película del mundo. Ni "Tron", ni "Juegos de guerra" ni leches.
Y por cierto, no pulses este enlace hasta un rato después de que hayas visto la película. Qué decepción, macho...
625. Soltando lastre (febrero)
Aprovecho uno de mis escasos momentos ociosos y sobrios de la semana para hacer otro post de estos con varias imágenes y luego borrarlas del disco duro; para montar un mini-álbum de cromos, pegando algunos que tenía guardados y otros que he sacado del sobre apresuradamente para contar cosas en modo telegrama. Sin orden ninguno, las comento tal y como han subido a Flickr:
Qué foto tan bonita y tan preclara. La finada (poco refinada y ya en versión vacaburra) Anna Nicole Smith, la Pamela, y en medio Bettie Page con 80 años, eclipsándolas a ambas.
Este cromo lo tengo desde hace meses. Es una imagen tomada en 1856, de un gato perteneciente a alguna familia real europea, que se llama Snowdrop, y era el protagonista de un cuento que hice. Esta foto me embelesa.
Uy qué miedo, coño...
Una imagen muy esclarecedora que la prensa portuguesa ha pasado por alto, y que yo os ofrezco sin esperar nada a cambio.
Esto es un fotograma de "Black devil doll", el remake que se acaba de rodar de "Black devil doll from Hell", una de las películas más bizarras que se han hecho nunca. Tengo ganas de ver esta nueva versión, por lo visto más grosera y cachondona que aquella cosa tan enfermiza y desasosegante que no consigo quitarme de la cabeza de ninguna manera. A ver si así se me borra. El fotograma anuncia un antídoto bastante fuerte. Me he enterado hoy, aquí.
Ésta me encanta, y también llevaba meses en la lista de espera para pasar al álbum. No recuerdo de dónde la saqué, pero hace poco la han recuperado en el blog Faces in places, lugar de encuentro de este tipo de caras objetuales casuales.
En mis largos y cansados viajes matutinos con Google Earth, ultimamente me ha dado por guardar imágenes. Algunas imágenes digitales de la corteza terrestre desde el cielo, previamente limpias, a buena resolución y ampliadas, quedan de puta madre en un marco en el salón. Tengo un montón guardadas, sobre todo de "cuadros abstractos" maravillosos que pintan las cámaras de Google en lugares recónditos. En este caso, la toma es en picado desde pocos kilómetros, y conservando los iconos de información. Por supuesto, se trata del Devil's Tower, esa montaña siniestra en mitad de la planicie de Wyoming que tanto me obsesiona, y que a veces me sorprendo garabateando o esculpiendo con puré de patata cuando entro en trance.
Esta es una foto corrida y caótica que he robado del Flickr de alguien, y que os revelo que se trata de un momento de la actual gira de Moonchild, el proyecto musical de John Zorn y Mike Patton. Este fin de semana he sabido que Moonchild actúan el 3 de abril en la Joy Eslava de Madrid, y ando revolucionado. Ya he engañado a un amigo para que me acompañe.
He sido el último en enterarme de que El Abuelito Maníaco, el mismo que nos ilumina a los zotes desde hace seis o siete entregas del fanzine 2000 maníacos, se ha abierto un blog, que es como una pizarra desde la que sienta cátedra. Yo le admiro, le quiero como al abuelito (bizarro) que nunca tuve, y me ha hecho mucha ilusión. Este cromo es de una colección de cromos reales, de los de cartón que se vendían en el kioscko, de 1946, dedicada a Frankenstein y el Hombre Lobo. ¿No es encantador todo?
Llegué tarde a la celebración del Big Culo Day que organizó Jotacé, y hasta tenía localizada una viñeta de P'Gell, una de las maravillosas femme-fatales del Spirit de Will Eisner, en la que se le atisbaba bien el pandero. Pero no he estado muy centrado esta semana y no he tocado al escáner. Y como al final lo del Día del Culo de Tebeo ya ha tenido tantísimo seguimiento, la verdad es que sobran culos. Pero no he visto ninguno de Alfonso Azpiri, cuyos dibujos de culos me introdujeron en el onanismo viñetero, así que pongo esto, tarde y mal. De todas formas, tampoco soy muy entusiasta de estas muestras de asociacionismo friqui. Aunque sólo sea por dejadez e inconstancia.
A diferencia de los virtuosos de Worth1000, en los concursos de manipulado de imágenes que organizan en b3ta.com priman la espontaneidad, el cutrerío y la incorrección política al servicio del cachondeo y la carcajada más primaria. Me gustó mucho uno reciente que organizaron, titulado extend album art ("alargar portadas de discos", es decir, imaginar lo que hay alrededor de lo que muestra la carpeta de la carátula, y plasmarlo. Mayoritariamente, con finalidad hilarante. Hasta hace poco seguían posteando, llenando 30 páginas de disparates visuales, algunos muy graciosos (otros muchos bastante flojos), abundando como siempre en las risas a costa de la niñofilia de Gary Glitter, la comicidad intrínseca del sr. Bush, la persona toda de David Hasselhoff o Chuck Norris, la actualidad internacional, los grandes dramas televisados...
No me resisto a poner alguna chorrada más, burlando mi propio protocolo, por si no me he explicado bien:
Me acosté viendo parodias cutres de portadas de discos "extendidas", y me levanto viendo otro de los retos de b3ta.com, que aún está abierto y que ya ocupa 66 páginas (más de 1000 montajes): Movie letter switch, un despiporre de carteles de películas profanados, a partir del juego de palabras que surge de cambiar una sola letra del título. Por ejemplo, a partir de la película "Jaws" ("Tiburón"), nos encontramos con carteles de películas que anuncian monstruosas mermeladas (jams), nazis o escualos gigantes judíos (jews), jarras de porcelana (jars), jawas del desierto, etc. Y venga a reír con el Soldado Ryan en plena rave ("Raving soldier Ryan"), los Pilates del Caribe, docenas de perversiones a partir de "Bailando bajo la lluvia", y venga despiporre a costa de políticos, nazis, niñas mediáticas desaparecidas, y así más de mil. Otros ejemplos que me han gustado, de lo que llevo visto. Aquí sueltos no tienen gracia, pero de verdad que me he pasado un buen rato viendo casi todos los trabajos, y es una risa:
Twit #00056Me pasó el otro día una cosa bastante curiosa y chocante que quiero contar aquí, para ver si alguno queríais darme vuestra opinión.
Resulta que en mi parcela de ridiculez pública en Twitter se me ocurrió preguntar al aire si acaso yo era el único al que le parecía raro que en elpais.es tuvieran a un columnista asalariado para que lleve el blog de El Pais sobre cine, y que éste (un joven director novel) se dedique casi exclusivamente a hablar de una película que ha hecho. Me refería, claro está, al blog de Nacho Vigalondo, la supuesta Gran Esperanza Blanca de nuestro cine patrio, que ha rodado una cosa que nadie le distribuye, y que nos cuenta día a día cómo la mueve por aquí y por allá y reseña cada uno de los lugares en los que hablan de su película. A mí esto me parecía raro, e incluso un poco impresentable por parte de El País. Me siento insultado por El Pais, que como lector y aficionado al cine decido seguir al periodista al que El Pais ha contratado para llevar un blog sobre cine, y me encuentro con que este señor sólo habla de su película, exclusivamente de su película, de cómo nadie quiere distribuir su película a pesar de la buena acogida que tiene su película en los circuitos americanos independientes (donde por lo visto quieren rehacer su película) o de lo tontos que son y lo equivocados que están los que critican su película. Y vale, a mí esto me parece muy bien, pero ¿dónde está el blog sobre cine? Un blog sobre las vicisitudes de una puñetera película me importa tres pares de cojones. Ni aunque fuese el mismísimo blog de "Ciudadano Kane" escrito por Welles y Hearst a dos manos, ni siquiera aunque contase algo interesante para cineastas en ciernes como pudieran ser detalles del rodaje, lista del catering o fotos descartadas de los desnudos frontales femeninos. ¿Acaso soy el único al que le parece un poco impresentable, como decía antes, que alguien de El País decida pagar a un tío por hacer promoción 24/7 de su dichosa peliculita? ¿Esto no funcionaba al revés hasta hace poco?
Insisto en lo de El Pais y en lo de pagar, porque si Vigalondo se abre su propio blog de promoción me parece fabuloso, o si Vigalondo le paga a El Pais por que le hagan promoción de la pobre de su película, que es como se ha hecho esto toda la vida. Pero que una forma de periodismo autobombo tan vacía, tan localista, tan bochornosa y tan mercantil la realice un señor en nómina, me parece un error. Y, tal y como dije en el otro sitio, me parece legítimo por parte de Vigalondo que chupe del frasco mientras se lo permitan (que a mí no me afecta, que ni soy periodista ni director novel, pero me solidarizo con todos ellos por el injusto trato que El Pais les profesa), pero no comprendo cómo alguien de El Pais permite esto. Me parece un modelo de columnista sin precedente alguno en el periodismo. Y por eso lo denunciaba, se lo contaba a las tres o cuatro personas que me pudieran leer ahí, para que dieran su opinión. Y resulta que la única persona que me dio su opinión fue el propio Vigalondo (Vigalounge en Twitter), que haciendo gala de una omnipresencia que a mí me dejó asombrado, abandonaba su largo silencio en Twitter, de varias semanas, para explicarme educadamente que soy un gilipollas frustrado y que cómo se me ocurría cuestionar su blog. Que si acaso prefiero que hable de mí y que, repetía para dejarlo claro, soy un gilipollas.
Yo no entiendo nada. Debe ser verdad que soy gilipollas, pero sigo sin entenderlo. Que El Pais elimine de un plumazo a colaboradores magníficos, alguno de los cuales han escrito columnas sobre cultura y/o sobre cine que practicamente han cambiado el devenir cultural y abrieron los ojos a toda una generación o dos (me refiero, por supuesto, a Jordi Costa), o que se gane miles de puntos llevándose por fin a su cabecera a Carlos Boyero (que nunca entendí qué pintaba este gran hombre en El Mundo), y que sin embargo contrate a un tipo para que se haga autobombo y no hable de nada interesante más que para él y sus productores, a mí sí que es verdad que me frustra. Me parece una vergüenza. Me da bastante ascazo. Pero no me da asco Vigalondo; o al menos, no por esto. Lo que me da asco son este tipo de decisiones editoriales, y que los habituales lectores del blog de Vigalondo sean todos tan cerriles y más vigalondistas que el papa y permitan que pase esto. Porque esa es otra... Que con la excepción de Tones, al que admiro profundamente, las groupies de Vigalounsshhh me parecen la piara más infecta de la blogosfera, y casi uno por uno, unos patanes y unos niños a medio cocer. Y estoy pensando en dos o tres que... En fin. Da lo mismo. Tenemos los blogs que nos merecemos.
Y tampoco tiene más enjundia. Que El Pais es una empresa privada, y Vigalondo atrae a ese tipo de lectores con píxeles por neuronas y sigue colando publicidad, y ya está. Pero me parece una pena esto. Y encima me llama gilipollas a mí, porque me gustaría que dejara de dar la brasa y que escribiera sobre cine...
La verdad es que esto es lo más trepidante que me ha pasado en lo que va de año, querido diario, porque llevo ya 20 días casi sin salir de la cama, que empiezo ya a pensar que tengo el virus del Legado. Y poner en evidencia y, sin querer, en pie de guerra, a un futuro jurado de Mira quién baila, me ha animado un poco.
A los comentarios de un post del otro día en el que mencionaba de pasada a Miguel Juan Payán, ha venido a parar el propio interfecto. Mencionaba que este cinéfilo, cinéfago e incansable enciclopedista de Cine escribía con varios alias, y prácticamente él solito se estaba ventilando la serie "Las 100 mejores..." y otros volúmenes de la colección Cacitel. Me aclara que no todo el trabajo es suyo, que él no se autoedita ni ha escrito otros de los libros que yo daba por hecho que le pertenecían, bajo seudónimo (sino que tenemos a otro autor del que hacernos incondicionales). Y conste que no es él quien lleva personalmente los libros al puesto de la Cuesta de Moyano donde suelo ir a comprarlos. Que la vendedora se ha tirado el pisto conmigo.
Aprovecho para agradecerle la visita y el enlace que me ha puesto en su blog. Porque lo más importante de lo que me ha contado Miguel, es que hace cosa de una semana se ha abierto UN BLOG.
Los aficionados al cine estamos de enhorabuena, y es que Miguel Juan Payán, al que se le adora en esta casa, es una eminencia en el cine de género y un incansable contador de historias y ensayista, como decía, casi enciclopédico. Os invito a conocer o a recordar su bibliografía (hay más cosas de las que aparecen aquí, la mayoría bastante accesible en grandes librerías, al menos en Madrid) y a haceros habituales de su blog, que de momento ya nos está abrumando con curiosidades, datos y sabiduría cinéfila al servicio de la plebe.
Estoy muy liado y he estado ausente de esto, pero para que no decaiga aprovecho uos instantes que me he metido a curiosear en vuestros blogs, para hacer un puñado de recomendaciones musicales para escuchar esta inminente noche de Halloween, un género que a mí me encanta y al que todos los años dedico espacio por aquí. Veamos qué nos ha traído este año el Hombre del Saco:
N Lo más interesante y sonado que se ha hecho este año en la blogosfera hispana es sin duda el recopilatorio de canguelo casposo y cañí de Karramarro, "Tonadillas para un guateque de Jalogüin".
N El año pasado, en mi opinión, el campanazo lo dio nada menos que un blog sobre música reggae, Distinctly Jamaican Sounds, que me dejó k.o. con un recopilatorio jamaicano de ultra-bizarrísimas tonadas relacionadas con el cine de terror (aquí; si a alguien le interesa mucho, que me lo pida). No sé si alguno más disfrutásteis de esos sonidos tan locos. A mí el reggae me aburre bastante, pero no he podido reprimirme y echar un vistazo este año, y me he encontrado con que... ¡¡repite!! Atentos al goteo de temas jamaicanos, que ya casi está terminado y parece casi mejor: "Jamminjs Sounds' Halloween mix 2007". ¡Reggae mezclado con terror de serie Z! ¿A que mola? ¡¡Fúmatelo!!
N Un año más, Lee Hartsfield, ese blogger ya clásico que es una enciclopedia ambulante de música añeja y alegre, nos ha regalado arrobas de canciones, en nada menos que 5 entregas recopilatorias bien apretaditas: "Halloween at MY(P)WHAE".
N Feo el que no se baje las inenarrables maravillas en forma de podcast genérico que se han marcado los maestros responsables de Funky16Corners ("Funky16Corners Radio Halloween Spooktacular!?!"), It's a mod, mod world ("It's spooky Modoween") o GaragePunk (varios posts; para ver los playlists, por cierto, hay que darse de alta en su lista de correo)
N Imprescindible y patilludo el presente que nos otorga el salvaje Nothing But Trash: "Rock 'n' horreur".
N Para incondicionales de la cocktail music, el lounge y la música de ascensor más irresistible y cool, Paul's Ramblings se ha sacado de la manga el maravilloso "Mad monster Martini party". Y en una onda similar, cágate en los pantalones en la luau virtual que han montado en Java's Batchelor Pad.
N En realidad, esta costumbre de confeccionar recopilatorios de terror y colgarlos en el blog está tan extendida, que hay literalmente miles de opciones de descarga. Yo tengo ya tanta música de este estilo guardada que mis estanterías tiemblan, así que no he hecho un seguimiento exhaustivo este año, pero aquí hay algunas compilaciones más con las que me he topado: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 666...
N Una sugerencia personal: si queréis pasar miedo de verdad escuchando música el día de Todos los Santos, es que sintonicéis durante las 24 horas Europa FM, y os atéis las manos para reprimir el deseo de arrrancaros las orejas.
N Dejo para el final un descubrimiento reciente, que todo buen aficionado estará de acuerdo conmigo en que es una maravilla. Un blog en el que se cuelgan cada día canciones del score de películas de terror de serie B: MONSTER MOVIE MUSIC. IMPRESCINDIBLE. Para mi gusto, y a este respecto, el segundo must del año.
N Porque el primero me dicen mis instintos más bajos que es este regalo, regalazo; este video recopilatorio que nos han legado las chicas de una compañía de webcams eróticas, que a ritmo de death metal se quitan sus disfraces:
En los comments del post sobre el capítulo americano más reciente de los Simpsons, y al hilo del cameo del legendario John Cazale como atracador adjunto de Steve Buscemi en la escena del secuestro en el Banco Central de Springfield, hablamos fugazmente de la fascinante y evocadora imagen que del deprimente New York se muestra en películas de los años setenta como "Tarde de perros", "Pelham uno, dos, tres", "Taxi driver", "Serpico", Canción triste de Hill Street, "The Warriors", etc. Salieron algunos título más, pero muchos los tengo pendientes de ver. Ahí decía que las escenas urbanas, sobre todo las de persecuciones, en ese tipo de películas y de esa época, son un fetiche visual grandioso, precioso, perfecto. Una imagen mental: el humo sale de una alcantarilla pestilente, mientras un vagabundo se hace un chino debajo de un puente colgante que atraviesa una glorieta putrefacta. Un madero que colecciona muescas por cada yonqui asesinado "en defensa propia", con una chaqueta de pana con coderas y unos vaqueros tres tallas más pequeños, con patillas, pasa en ese momento a doscientos por hora en un Dodge Monaco de incógnito, y pega una sirena portátil en el capó, haciendo ventosa, mientras su compañero tiene medio cuerpo fuera del coche, y dispara su magnum contra las llantas del coche que va delante, conducido por dos negros hijos de mil padres que visten jersey de cuello alto, gabardina marrón y un sombrero con una pluma larguísima en la copa. Todos llevan bigote, y cuando sonríen, les duele.
Yo Canción triste de Hill Street la vi por primera y única vez cuando era muy pequeño, y apenas me acuerdo de otra cosa más que del poli negro que estaba loco, el que llevaba un sombrero de lana y mordía a los sospechosos en la oreja (también me acuerdo del Teniente Furillo, pero porque era clavado a un profesor mío, "el Furillo", al que pillamos besándose con otra profesora en el recreo). Pero lo que no se puede olvidar es su escena de apertura, la canción inicial. En parte porque era la misma todas las semanas (y a base de repetirla a uno se le tatúan las imágenes y la música), y en parte porque esos coches de policía, tan ligeros, tan solemnes, con amortiguadores de goma, que aparecen emergiendo de la comisaría mientras el walkie atrona, son inolvidables.
Yo creo que la fascinación que tiene un niño con los coches de policía y los taxis de las películas americanas, es algo froidiano. Seguro que tiene que ver con que de pequeños jugamos con cochecitos de Mattel o de Hot Wheels, que no se parecen en nada a la mierda de coches de nuestros padres, sino a las flamantes tanquetas que conducen los americanos en estas películas. Y además, jugamos sobre todo a estrellarlos unos contra otros en el asfalto. Hablando de Freud, no sé por qué la siguiente escena de "Granujas a todo ritmo" (qué coño: "Blues brothers", John Landis, ya en 1980) me la pone dura:
Los coches de policía americanos parece que estaban hechos de hoja(de)lata, y yo si hubiese sido director de cine de los setenta habría hecho trilogías enteras consistentes sólo en coches de policía volando por los aires. De esto nos enseñó mucho a los de mi generación el Equipo A, por supuesto, a qué negarlo. Pero allí sólo volaba el coche de los malos (que solía ser un jeep; siempre el mismo jeep); el bello tabú pisoteado de hacer saltar por los aires a la autoridad, fue un gustazo que se dieron sobre todo en el cine de aquella época.
Pero si se habla de persecuciones de cine de los primeros setenta, hay que repasar la mítica escena de "Bullit" (Peter Yates, 1968) para la cual paralizaron medio San Francisco, y se recrearon haciendo rebotar berlinas y deportivos por sus imposibles calles con forma de montaña rusa:
Aunque antes de eso, el viejoverde de Russ Meyer ya había calentado al público masculino con sus películas, que no son otra cosa que hermosos bodegones de tetonas y coches que van como balas. Seminal la famosa escena de la carrera de zorrones en "Faster, pussycat, kill! kill!" (1965), de la que tanto ha mamado Tarantino para su última pajuela:
Bueno, ya que hemos mencionado "Death proof", disfrutemos de otra persecución, al azar, del guirigay de ellas que ofrece "Vanishing point" (Richard C. Sarafian, 1971), la referencia más explícita de Tarantino, incluso confesa, en su reciente ensalada de referencias (coches-patrulla voladores incluídos):
Como no hay dos sin tres, he aquí otra peli que sin duda Tarantantino ha visto un par de veces, y que contiene docenas de elementos que la convierten en una obra maestra: tetas, Sly Stallone encabronao, mal gusto e incorrección política, Roger Corman desatado, David Carradine autoparodiado, rock and roll, nazis, una imagen visionaria de los reality shows, y por supuesto coches (de fantasía) voladores, silbadores, explosionando y atropellando ancianitas: ¡¡¡"La carrera de la muerte del año 2000"!!! (Paul Bartel, 1975):
Al año siguiente, en 1976, se rodó otra película imprescindible para amantes de la velocidad y la mala baba (incluso para los que no tenemos carné), "Cannonball!", toda ella rendida al poder evocador de los coches fuera de control sin causa. Repitieron Paul Bartel y David Carradine, que más que un icono del kung-fú bizarro debería ser un santo de la devoción de los gamberros amantes del Carmaggedon y el GTA, farruquiteros sin escrúpulos:
Alguien cayó en la cuenta, supongo que a vueltas con todo esto, de lo malos que podían ser los coches. Y acostumbrado como estaba a buscar el gen de mezquindad y locura que habita dentro de todos los seres vivos y los objetos para lucrarse con esas ideas, escribió una magnífica novela sobre un coche asesino, que en su traslación al cine es una de mis piezas de terror favoritas. Este señor es por supuesto Stephen King, y la película, "Christine" (John Carpenter, 1983):
Reconozco que ésta era un capricho personal, y que tiene que ver con los coches de policía y las persecuciones sólo tangencialmente. Volviendo a éstas, a las persecuciones clásicas, no podíamos saltarnos las escenas más míticas de "The Italian job" (Peter Collinson, 1969) y "The French connection" (William Friedkin, 1971), auténticas loas al coche volador y al coche-que-explota así que volvamos con ellas:
Si hablamos de coches derrapando por las calles en la ficción setentera, es también inevitable detenerse en escenas míticas de Starsky & Hutch y Dos chalados y muchas curvas (The Dukes of Hazzard), y ya que estamos completistas...:
Todo esto venía en realidad para rendir homenaje a esa escena imaginaria de la que hablaba al principio; la de los policías corruptos, las alcantarillas humeantes, los coches besando el suelo con los morros y saltando badenes... Escenas que nos llenan de adrenalina, que nos hacen sudar. Pornografía pura. Ha sido un recorrido breve pero intenso, por algunas de las que me han venido a la mente. Sé que me dejo muchas favoritas, doscientas mil películas policiales de los setenta y primeros ochenta, todo un género, por no hablar de la vehiculoexploitation, con perdón (tantas y tantas escenas de persecuciones con bicis, motos, helicópteros, camiones, naves espaciales, trineos...), pero valgan las anteriores como somero ejemplo para el Drive-in blog de hoy. No quiero terminar sin citar, saliéndome otra vez del tema, dos ejemplos más de acción vehicular que personalmente me vuelven loco: la escena final de "Toy story I", la trepidante carrera para atrapar el camión de mudanza; y siempre he pensado que lo mejor de toda la trilogía de "Star Wars" es la carrera de motojets.
Yo soy un aficionado al cine de palo (¿un cinéfalo?), incapaz de hacer una lectura cinéfila de todo esto. Pero en el fondo, dentro de mí, algo me dice que hay una evolución en la historia del cine americano, en cuanto a esto de las persecuciones, que va paralela por supuesto a la evolución de los transportes y también de las técnicas de rodaje cinematográfico. Por supuesto, es una historia que yo no sé contar, y nunca sabré. Pero en mi subconsciente han quedado resquicios de viejas películas mudas en las que un señor persigue a otro montado en una vagoneta en plano fijo (y ante una "cuarta pared" estática, teatral), y películas de los años veinte en las que un tío a caballo intenta dar caza a un indio salvaje y rajarle patrióticamente el cuello, antes de la llegada de los complicados travellings que permitían rodar el asalto a un tren por parte de unos forajidos, antes de las plásticas persecuciones urbanas que tanto me gustan y de las que he hablado, y que de ahí a las imágenes CGI de un transformer persiguiendo a la velocidad de la luz a una nave espacial en la tercera luna de Júpiter, distan varias décadas de evolución técnica. Así que me gustaría citar como fuente de todo lo anterior a una escena de Rodolfo Valentino persiguiendo a Louise Brooks en combinación montados en sendas alfombras voladoras, pero no sé hacerlo. Ni siquiera Youtube mediante...
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P.D.: me gustaría que alguno de vosotros, probables lectores, me refrescase la memoria y me haga aterrizar sobre una de las mejores escenas de persecución de toda la historia que no localizo. La de una vieja y mítica película del Oeste, que muestra la migración de centenares de vaqueros y vaqueras, en sus cabalgaduras y sus diligencias, hacia la tierra prometida, hacia aquellos territorios de nadie, para apoderarse de ellos. Es una de tantas películas del Oeste que vi de pequeño, y que no consigo localizar. Lo que sí recuerdo es que tenía una escenas, de pura artesanía, de cuando el cine se hacía con cojones y sin maquinitas, que le daba mil vueltas visualmente a la toma de la Estrella de la Muerte. ¿Alguien sabe?
Twitter #00049Acabo de despertar de una siesta, y estoy en estado catatónico; bueno, es la palabra que me viene a la mente, pero en realidad nunca he estado en ese estado. Lo que tengo es una sensación mezcla de miedo, desubicación y vacío, un no saber ahora mismo dónde estoy ni por qué ni para qué. Coincide que anoche dormí muy poco, y que no tengo en la agenda ningún compromiso ni ataduras laborales hasta el próximo viernes, por lo que me siento como a la deriva, atontadísimo. Si hubiese despertado en un hospital, en el año 2136 o en mitad de una isla, creo que la sensación sería muy parecida a la que tengo ahora.
Y en realidad es una tontería. No es nada importante. En realidad ha sido un sueño muy guapo, pero es que yo duermo muy muy pocas siestas, y no estoy entrenado para despertarme de ellas sin sobresaltos, sin un despertador o una llamada. No estoy acostumbrado a montarme una película entera en la cabeza durante una pretendida cabezadita "de paso", sin interrupciones, y con esa cualidad de verosimilitud que tienen las imágenes oníricas durante las siestas, a mediodía, con el sol inundando la casa.
El caso es que tengo la mayoría de las imágenes muy recientes en la cabeza, y se me ha ocurrido dejar constancia de mi sueño, como hacía cuando era pequeño. Vaya por delante que yo tengo un sueño muy ligero, felino, y que desde que tengo uso de razón me pasa que el más leve sonido a mi alrededor (cuando no me despierta del todo) me mantiene tenso e impide a lo que hay dentro de mi cocorota desconectar por completo, por lo que habitualmente acabo cogiendo sonidos del exterior e incorporándolos a mis sueños. Incluso, en algunas ocasiones me pasa, por ejemplo, que en mi sueño está teniendo lugar una conversación ficticia entre dos personajes ficticios, y hay una televisión encendida de fondo cuyos diálogos se meten de pronto en el guión de mi sueño, descontextualizados, y encajando en las palabras que dicen mis personajes, hasta el punto que llego a predecir lo que va a decir el siguiente personaje real, el mindundi que está hablando en televisión. Como digo, con un puntito premonitorio que incluso me asusta.
Es una habilidad extraña, que yo supongo que nos pasa a todos, pero siempre que he sacado el tema en una conversación con mis amigos me han tomado por bobo o por mentiroso... ¿No os ha pasado nunca lo que digo, que durante un sueño liviano dos personajes hablan sobre algo, y de repente esperas la respuesta lógica de uno de los interlocutores, y tomas consciencia de pronto de que la respuesta que da el otro, la que esperabas, en realidad ha salido de la tele del mundo real? ¡La que esperabas!
No entiendo mucho de estas cosas, pero es algo que me ha pasado desde niño, y que concibo como posible e incluso lógico dentro de mi escepticismo y mi ignorancia, como una habilidad cerebral que todos tenemos pero "de la que no se habla mucho", por su inutilidad práctica, supongo.
Contaba esto para poner en antecedentes al lector sobre el sueño que he tenido durante esta siesta (que es a lo que iba), ya que ha sido un sueño cojonudo, porque tenía banda sonora, efectos especiales, montones de diálogos estúpidos (que no recuerdo) y un sonido envolvente megasurround de la hostia, todo ello provinente del mundo real, de la película que me había puesto a ver para conciliar el sueño con la mente en blanco, desde el portátil que tenía a escasos metro y medio de la cabecera del sofá en el que me disponía a ejercer mi derecho siestil.
Dicha película era "Transformers". La de este año, la que ha visto toda la Blogosfera friqui tres veces. Yo no la había visto, y de hecho sigo sin haberla visto, sino que me he limitado a escucharla mientras soñaba. Le he dado al play, y en cuanto ha aparecido el logo de (precisamente) DreamWorks, me he quedado plácidamente dormido, con la boca abierta y saboreando el postre.
Ahora viene mi sueño. Es breve. Apenas recuerdo el argumento. Pero es que ha sido superguapo: yo tenía una entrevista de trabajo en una empresa de algo. Una empresa grande y pomopsa, para algún trabajo de oficina rodeado de tiburones corporativos [aclaro, por despojarme de toda sospecha, que deseo con todas mis fuerzas NO volver a pisar una oficina jamás en la vida para trabajar en ella, y que no estoy ahora mismo buscando trabajo. Pretendo tirarme al menos tres meses más como parásito]. No tengo rastro mental de los prolegómenos sobre dicha entrevista. Sencillamente, mi avatar en el sueño sabía que iba a una entrevista de grupo en un edificio de oficinas. Iba cuesta abajo por una calle, y al llegar a la altura del sitio en el que se supone que iba a tener lugar la entrevista, me encuentro con lo que parece un local comercial, con un gran ventanal que me permite ver lo que está pasando dentro: un grupo de unas veinte personas están disfrazadas de piratas, con sus parches y toda la pesca, escuchando a otros tíos muy serios que están de pie, también ataviados como recién caídos de un cocotero; como también me ven a mí (y de hecho, todos me miran), no tardo nada en entrar y buscar mi sitio entre los entrevistados, por supuesto aguantándome la risa y despojado de todo atisbo de nervios ante la entrevista, en un sitio tan poco serio. Pero los acontecimientos se disparan [supongo que en ese momento algún giro inesperado tenía lugar en "Transformers" y la música se ponía solemne "de circunstancia"; no olvidemos que ese peliculónquetecagas era el que estaba llevando el ritmo de mi sueño], y de repente nos damos cuenta de que eso no es una entrevista normal, sino una especie de juego cuyas únicas reglas son "tonto el último": todo el mundo se pone a correr escaleras arriba, atropelladamente, pisándose y empujándose, tratando de llegar el primero a algún sitio, en una absurda "carrera laboral".
A partir de este momento, no me preguntéis por qué, ya no estamos disfrazados de piratas, sino de grises oficinistas estándar. Y por mi sueño se pasean no decenas, sino cientos de tristes entrevistados que corretean por lo que se convierte de pronto en un intrincado e infinito laberinto de oficinas, puntos de engorde, raspas de pescado con ordenadores y sobre todo pasillos y circuitos de asépticas escaleras de oficina. El resto de mi sueño, el cénit, lo que recuerdo [calculo, por el metraje de la película que mientras tanto estaba no siendo vista por nadie en mi portátil, que duró hora y media], se limita a imágenes de persecuciones y carreras, por tanto, a lo largo y ancho, parriba y pabajo en un gargantuesco edificio de oficinas de paredes grises, lleno de plantas y pasadizos.
Pero al loro, porque aquí viene lo bueno, lo que ha hecho que mi sueño sea la mejor peli que he visto en mucho tiempo. Enseguida tomo consciencia de que lo que está teniendo lugar en esa oficina no es una competición por un puesto de trabajo, sino por la supervivencia. Se sucede en mi cabeza, una tras otra, escenas de disecciones corporales en trampas que surgen de la nada, en mitad de habitaciones de oficina [al más puro estilo de "Cube", admito ahora; si bien es una peli que pasó sin pena ni gloria por mi tele, por lo visto le impactó a mi subconsciente], centenares de aspirantes a chupapollas oficinistas encontrándose con escaleras de incendios cortadas en las que encuentran la muerte cayendo al mar, y sobre todo siendo devorados por animales.
En mi sueño aparecían montones de monstruosos osos pardos, con ojos inyectados en sangre, que se escondían estratégicamente en alguna planta alta de la oficina, esperando ansiosos la llegada de los desesperados oficinistas para devorarlos. Enormes gorilas que pegaban gritos terroríficos y corrían a estrujar a los oficinistas y llenarlo todo de sangre. Poderosas serpientes asesinas. Tigres, leones y panteras, dios mío. Pájaros y Chimpancés que en mi sueño daban también muchísimo miedo (preguntadle a Freud) y trampas. Trampas mortales de todo tipo.
Esto es todo. Como ya he dicho, una vez vuelto a la realidad no iba a ser capaz más que de recordar el plot de la historia. Pues ya está: una larga y agónica sucesión de muertes de oficinistas en una absurda carrera dentro de una trampa de oficinas, en una especie de juego similar al de Monty Burns "En la montaña de la locura". Pero con oficinistas y muchísimos animales salvajes, que habían creado su hábitat en dicho edificio, como en aquel tebeo de Ka-zar en el que New York se convierte en la Tierra Salvaje, o en cualquier viñeta de Xenozoic Tales. También me venía a la mente, lo digo para el amante de este tipo de referencias visuales, el concepto de "Mundo futuro", una suerte de parque temático de la muerte y la destrucción de peoncitos corporativos, donde a alguien se le va de las manos su broma macabra. Pero con bichos en lugar de drones.
"Pues no es gran cosa", pensaréis. "Pues yo no iría a ver esa mierda al cine", diréis otros. "Pues vaya mediocridad de argumento que te has inventado", me gritaréis todos a la vez. Pero no, no tenéis razón. No estoy contando una película, ni un esbozo de guión ni nada de eso (yo no soy guionista, yo no soy nada de nada). Esto no es algo que hay que verlo, tenéis que soñarlo para entenderlo. Un sueño de esos retorcido e hiperrealista. Los mejores sueños son mucho más intensos que las películas, eso ya lo sabéis todos. Te despiertas con la sensación de que lo has vivido. Más aún, cuando los lugares en los que transcurre la acción te son muy familiares (varias "escenas" tuvieron lugar en el viejo edificio donde viven mis padres, y otras en las oficinas del Banco Santander en las que desperdicié casi dos larguísimos años enteros), muchos personajes del sueño son personas a las que conoces, amigos y ex-compañeros de trabajo, gente de mundos diferentes entre sí que has conocido en algún momento de la vida, y que quién sabe por qué macabros mecanismos se te aparecen en la cabeza y vas viendo cómo mueren uno tras otro, devorados por gigantescos gorilas que huelen mal y que pegan unos gritos terribles. Gorilas que hacían ruidos mecánicos al moverse [recordad que de fondo tenía puesto "Transformers"...], y todo esto acompañado de una banda sonora, sonidos de explosiones, gritos y jarana de todo tipo. Cuando mi reproductor de video se paró, me desperté bruscamente, con la boca pastosa, como si hubiese estado masticando bostas de gorila.
Ha sido como ver una peli en 3D puesto de anfetaminas. Como un viaje en una montaña rusa oxidada, que parece que se va a caer cada dos por tres. Muy real. Sé que sueña gilipollas así contado, y a mí mismo me lo parece una vez tomada consciencia de que ha sido un sueño bobalicón e infantil. Pero en cualquier caso lo quería contar.
Y ha sido, por cierto, un sueño sin moraleja ni significado alguno. No me toquéis los cojones, por favor. Que nadie me diga que el edificio de oficinas simboliza esta ciudad en la que llevo demasiado tiempo encerrado sin vacaciones, casi sin salir al campo a ver animalitos, o que el señor pequeñito que todos llevamos dentro me está pidiendo a gritos que me busque un trabajo de verdad, que no me puedo pasar la vida sin hacer nada, echándome siestas de dos horas y viendo tres pelis diarias. Por supuesto que puedo hacerlo. En esas estamos. Si acaso significa algo, es que el trabajo es una trampa. No creo en Freud, yo creo en Bob Black. Y punto en boca.
Es por supuesto una de las obras más recientes del artista BERNARD PRAS. Es curioso y creo que un poco triste (y perdonad el autobombo), pero si le buscas en Google, lo segundo que aparece es el artículo-galería que le dediqué hace ahora dos años en mi otro blog. Un poco triste, digo, porque no entiendo cómo este hombre no goza de más reconocimiento en Internet del que se le ofrece. Apenas ha habido novedades en la Red desde entonces. Qué injusto es todo... Ni una sola noticia en Google News, y muy pocas menciones en la búsqueda de blogs, para el talento que derrocha este genio moderno del arte pop hecho con basura. Ni siquiera su web oficial se ha actualizado (y me consta que no para de crear y de participar en exposiciones), ni hay apenas forma alguna de localizar muestras de su arte reciente.
El caso es que Bernard Pras sigue trabajando. Y esta de aquí arriba es la que más me ha gustado de sus últimas creaciones. Lo que pudiera parecer un patadón sobre una montaña de juguetes (algunos muy apetecibles, si se mira en detalle), resulta que desvela la figura de Fantômas, "la amenaza elegante", uno de los más antiguos superhéroes de la historia del pop, incluso más viejo que el pop. Héroe de folletín, detective enmascarado, un galán misterioso y poderosamente atractivo.
Yo cuando estuve en París me parece que ví a Fantômas. No buscaba al jorobado, yo acechaba por los callejones de Le Pigalle, al anochecer, buscando a Fantômas. Me fascina Fantômas. Es un personaje que está ligado a muchas cosas que me gustan: las novelas pulp (para ser sincero, su imaginería, porque no me puedo considerar un gran lector de novelitas baratas vintage, a mi pesar), el eurotrash cinematográfico (una pena que Mario Bava, entre otros, se empeñara en jamesbonizarlo y llenarlo de tecnología, despojándolo de su aura de romanticismo y pisoteando su halo de misterio), la turkxploitation, Mike Patton, Batman, el Pato Donald... Y ahora también, Bernard Pras.
He estado viendo "La ventana secreta", que es una película que veo de vez en cuando, cuando tengo una "tarde de ver La ventana secreta". Tengo otras tardes en las que siento la necesidad de ver otras películas por enésima vez, o de ponerme tal disco, o de irme a ese bar que me mola a tomarme un cóctel y que me pongan esa canción. Ésta es una película que me encanta. Tiene montones de elementos conjugados que la convierten en una golosina para este tipo de tardes. Está Johnny Depp, haciendo de un Johnny Depp solitario y mohíno al que se le aparece un John Turturro que cecea para tocarle los huevos a cuenta de una novela plagiada. El argumento es cojonudo desde el principio, y es difícil que no te atraiga. Pero también está el bosque en mitad de la nada, al lado del lago, que seguro que un psicoalanista diría que es un símbolo de algunas cosas que tenemos encharcadas dentro, y que a mí me gusta revisitar en las películas. Está la cabaña enorme de madera, en la que evadirse. Y Depp sólo con el portátil y con su gato; digo con su perro. Y luego está la historia, que es puro Stephen King. La peli no tiene ningún tipo de excesos, ni de subtramas, ni de follones mentales. Es sólo una historia de suspense con asesinatos, una cabaña en el lago y un tipo asocial que está con un albornoz raído, solo en su universo, con su mascota, escribiendo en un portátil.
Este fin de semana no podía terminar de otra manera para mí, más que con "La ventana secreta". El final es supertramposo, una sucia triquiñuela de esas que repite Stephen King una y otra vez, pero me da igual, a mí lo que me gusta es la idea que me transmite, el regusto que me deja y al que me apetece regresar una y otra vez. También tengo mi "Bahía de Shooter", pero ahora me da mal rollo mentarla.
Ah, y en los créditos iniciales nunca parpadeo. Planeo sobre el lago y me sumerjo en la historia en una sola toma. Esa escena es una maravilla.
Hay algunas tardes ociosas en las que siento la necesidad de ver otra vez más "Atrapado en el tiempo", y casi casi corear los diálogos. Por estas fechas, hacia el final del verano, todos los años sin excepción me apetece ponerme a escuchar viejos discos de melodías agridulces de Teenage Fanclub. Son "días Teenage Fanclub". Tengo muchas "tardes Billy Wilder", "tardes Chaplin", "tardes Un cadáver a los postres", "semanas Superlópez", y muchas "mañanas de domingo Russ Meyer o incluso Joe D'Amato". Ah, y a menudo toca un "día lluvioso Tom Petty" aunque estemos a cuarenta grados, de esto ya he hablado alguna vez.
Por cierto, que lo que me apetece mucho hacer un día de estos es ir al zoo por segunda vez en mi vida, antes de que se extingan los grandes felinos y los manatíes desarrollen un cuello translúcido por culpa del Cambio Climático, o del Coco. A veces lo pienso, y me siento imbécil por vivir en un planeta que pertenece a los hipopótamos o a los elefantes, e ignorarlos de esta manera. Tengo muchas ganas de estar al lado de un león gigante, y bañarme al lado de un delfín, antes de que me haga mayor y el zoo me parezca un sitio maloliente y paradigmático de la crueldad e insensibilidad humanas.
De las ganas que tengo de estar cerca del mar, ya ni te cuento...
Si todavía no has visto "La cabina" (Antonio Mercero, 1972), probablemente la pieza de horror más perfecta y bella de la historia del cine español (al menos en mi opinión, ni Naschy, ni J. Franco, ni Ossorio, ni Klimovski, ni Larraz, ni De la Iglesia superan esto), aquí tienes otra oportunidad:
Es sólo una de las más de 700 películas en descarga directa (RS) que están disponibles en SURREAL MOVIEZ, un foro público destinado a compartir todo tipo de películas inclasificables, extrañas y surrealistas. Por supuesto, están todas en inglés, salvo excepciones como ésta, que se encuentran en versión original. Creo que valía la pena rescatar directamente los enlaces.
De supuesto tirano a supuesto tirano, he conocido la historia de "Pulgasari", la película escrita y producida por Kim Jong-Il, terrorífico amo y señor Korea del Norte, dirigida por Shin Sang-Ok prácticamente a punta de pistola, durante su secuestro institucional. Google me ha dicho que absence ya había hablado de ello hace poco.
Dramáticas tiranteces políticas y simbolismo pop-terror al margen, resulta que la película tiene que molar muchísimo, que es una especie de Godzilla con monstruitos locos y viejas leyendas sobre el poder, la vida y la muerte. La Mula ya la tiene procesndo en sus alforjas, por donde andan también los subtítulos. Qué ganas tengo de ver "Pulgasari" comiendo palomitas a puñados. He aquí un extracto:
El otro día me pegué un buen maratón de películas de Doris Wishman. Ya había visto hace tiempo sus más conocidas piezas de exploit mamario ("Double agent 73" y "Deadly weapons"). He estado curioseando, casi siempre con el botón de fast-forward apretado, por otras de sus extrañas y gomosas películas (repletas de sustos, pop, camp y mujeres de medidas 900-60-90), como la estupenda "A night to dismember" (protagonizada por Samantha Fox), el excitante pero terrible dramón disuasorio "Another day, another man" o el soft-core con suspense "Love toy" (que está bastante bien). Pero con la que mejor me lo pasé, con la que me reí a mandíbula batiente, fue con el documental mondo "Blaze Starr goes nudist" (1962). En realidad no es un documental, sino la historia de una aburrida ama de casa de pechos como zepelines, que se va al cine a ver un clip sobre un campamento nudista y se obsesiona con la idea de abandonar al sosainas de su marido e irse a vivir a uno. Y el grueso de la película son escenas de sonrientes señores y señoras en cueros paseándose por el césped, jugando al ajedrez, pescando o fumando en pipa. Lentas y aburridas escenas (eso sí, muy coloridas, puro camp) de la vida en un campamento nudista, narradas por una especie de Troy McClure velludo.
Lo divertido del asunto es que, por supuesto, las escenas de desnudos jamás muestran pelo, sino exclusivamente torsos desnudos de cintura para arriba o gente enseñando el culo. Así, Doris se esfuerza en que siempre que sale un plano de una persona de cuerpo entero de frente, lleve taparrabos. Es muy hilarante una escena en la que un señor y una señora nudistas se cruzan en mitad de un camino, y se saludan muy felices. Él viene de frente, y lleva bermudas; ella está de espaldas, y por supuesto va totalmente desnuda.
Pero el colmo de la risión involuntaria es la escena del partido de volleyball, que me arrancó sonoras carcajadas y que he querido compartir en forma de cromo: debido al ángulo de la cámara, ¡el equipo de la derecha lleva bañador, y el de la izquierda juega en pelotas!
Creo que es una curiosidad bastante simpática. Qué tiempos aquellos. Con lo fácil que resulta ahora descargarse de internet cien horas de sexo gonzo extremo entre dobermans y niñas de parvulario.
568. DRIVE-IN BLOG #27"Godmonster of Indian flats" (1973)
Sigo obsesionado con el cine chatarra. Ya se me pasará. La culpa la tienen mi portátil nuevo y mi repentina ID alta en el eMule...
El caso es que he visto últimamente algunas pelis raras y muy buenas, de esas que te hacen sentir un gourmet exclusivo y privilegiado (algún día le hablaré a mis nietos del estado de shock en el que me sumí el domingo pasado a mediodía, viendo en casa, a oscuras y comiendo un pollo casi crudo, esa pieza de culto del cine de terror impresionista balcánico que se llama "Leptirica", y que ha cambiado mi vida para siempre), y también un puñado de cintas que cagó algún subnormal con una cámara para hacerse el gracioso, y que se supone que hay que verse para poder hablar de cine psicotrónico.
También he visto las dos de "Grindhouse", y por supuesto francamente a favor. Canto, aplaudo y celebro sus virtudes de la mano de toda la Blogosfera. Y también he comprado ya mi entrada para asistir a la doble sesión de cine de género supuestamente cutre que han organizado los de Manga Films, para aplacar a las masas decepcionadas por la forma en que han estrenado por aquí las de Rodríguez y Tarantantino. Concretamente, mis entradas están engarzadas en la cola del P2P, y en cosa de dos días podré verlas.
No, en serio. Seguramente vaya a verlas a un cine de verdad, con mis amiguetes, unas palomitas y cervezas; aunque me da rabia, porque cada vez me gusta menos la horrible experiencia colectiva de ir a un puto cine. Y cuanto más gigasound-sensorraund sean las salas, más me repelen.
Pero a lo que venía en realidad es a hablar de una de las películas inencontrables que más me apetecen ver, desde que me encontré casualmente con el trailer. Así como una de las películas del programa doble de terror del que habla la Burrosfera trata sobre el ataque de unas ovejas mutantes asesinas, me he encontrado con que ya existía una película sobre el ataque de una oveja gigante asesina y loca, y la película tiene pinta de ser una obra maestra injustamente olvidada. Se trata de: "Godmonster of Indian flats". He aquí el trailer:
Supongo que la única manera que tengo de verla es hacer una compra online. A ver si un día de estos me quito la boina y me atrevo a solicitársela a los titanes de Something Weird Video. De momento, me he desquitado leyendo cosas y viendo capturas aquí y allá, y por el camino he descubierto una web francesa fabulosa, que recopila información sobre todas esas películas de monstruos maníacos (musarañas, insectos, reptiles, peces, criptoanimales o bicharracos del averno) que atacan y descoyuntan a la gente:
Hay más de este estilo, pero ésta es mi favorita. ¿Sabíais que existen no una, sino tres películas sobre árboles que se rebelan y atacan a la peña (y no me refiero a "ESDLA 3"? Si tenías pensado rodar una peli sobre una seta gigante devoradora de cuerpos, que sepas que se te adelantaron. ¿Quizá un calamar gigante? Ya está hecha. ¿Mandriles? ¿Ratas? ¿Tiranosaurios? ¿Iguanas? ¿Búfalos blancos? ¿Tomates?... ¿Los pájaros? Sile, sile, sile...
Pero no desesperes. Lo de los animales asesinos es un subgénero fascinante, que nunca estará suficientemente trillado. Prueba con ornitorrincos verdes de tres patas.
Y no sólo eso, sino que estoy en un plan cinéfago tan tonto que encima estaba leyendo los comentarios que deja la gente. Y me he encontrado con uno que me ha dejado helado:
"PLEASE DON'T READ THIS. You will get kissed on the nearest possible Friday by the love of your life. Tomorrow will be the best day of your life. However, if you don't post this comment to at least 3 videos, you will die within 2 days. Copy and paste this, to be saved"
Socorro. El esoterismo gilipollas y viral ha llegado a Youtube.
Inmerso en esta fase cinéfaga (releyendo viejos fanzines y libros, sacando la mula a pasear, montando completos DVDs para llevarme a mi inminente retiro en la playa, coleccionando fotogramas, organizando cinefórums junto al gato...) toca otra ración de sugerencias de descarga directa de películas.
Además de los lugares de los que he hablado otras veces como 55 Bells, Horror House o el apartado correspondiente en el foro de Vagos.es, me he hecho asiduo a cuatro nuevos rincones de amigos del celuloide ajeno (y enemigos del P2P):
- MOVIES MAMMOTH: ojo a este inconmensurable megablog. Si nuestro viejo conocido Free Comic Books es la madre del cordero en cuanto a la recopilación de DDs de tebeos, Movies Mammoth, al paso que va, acabará ofreciéndonos todas las películas de la historia antes de navidades. Y no exagero. Bueno, sí, pero no me digáis que no es impresionante. Vía Rapidshare.
- HORRORFLIX: es un foro donde se comparten arrobas de películas de terror, tanto clásicas como recientes. Prácticamente todos los clásicos del siglo XX, sagas ochenteras completas, rarezas, chatarra sanguinolenta, scream-queens, zombies, muertos vivientes y tropecientas escenas-de-ducha-que-acaban-en-chica-desnuda-muerta. En realidad, el blog Horror House se limita a recopilar algunas de las cerca de 2000 películas que aquí están a nuestra disposición.
- POSEÍDOS: sería la más que digna y trepidante versión española de la anterior. Con permiso de Nosologore y Abandomoviez (estandartes de esto del compartir cine de terror, pero en descarga indirecta), es el mejor foro que podemos saquear a día de hoy para ampliar de forma rápida y sencilla nuestra colección filibustera de terror. El foro está organizado por subgéneros, y dentro de cada uno existe una útil guía de películas.
- CINEMAHK: pero si lo tuyo es (parezco un asalariado del "20 minutos") el cine clásico de chinos voladores, chinos contorsionistas, chinos enanos con barbas arrojadizas, chinos que matan a otros chinos lanzándoles yo-yós, pinceles o frutas, exploits chinos de filmes hollywoodienses o clones de chinos famosos, éste es tu lugar. Aquí se dedican a colgar (siempre en el parapléjico Megaupload) ripeos de DVDs listos para tostar, portadas incluídas. A la fecha hay 45 en castellano y 79 en versión doblada. Como para volverse loco. Además, esta comunidad acaba de iniciar una sección de raquítico y delicioso Spaghetti Western,
Para acceder a los contenidos de alguno de estos sites (sobre todo el último) hace falta darse de alta. Pero se hace en un plis y por supuesto es gratis.
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De paso, aprovecho para enlazar un par de channels dentro del inabarcable Stage 6 (donde ya sabéis que se pueden ver pelis directamente en formato DivX, y también descargarlas) que os van a poner farrucos si os gusta este tipo de cine:
- MONDO TRASHO: sólo trailers de videoliendres y cagarrutas.
- CULT MOVIE THEATRE: aunque estén en inglés, aquí podemos disfrutar de montañas de pinículas enteras de monstruos, marcianos y muertos vivientes.
- BACK TO THE 80S: aquí no sólo hay películas, pero también. Otra vez erre que erre con los dichosos ochentita y sus delirios pop, que tan mal han envejecido.
- WUXIA CHANNEL: ya roza los 500 vídeos, en este caso otra vez sobre chinos voladores haciendo chinadas.
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Ahí quedan este puñado de enlaces, en los que podemos zambullirnos mientras los programas de intercambio P2P hacen su trabajo. Que para eso se inventó Internet, ¿no? Pero antes de irme a seguir robando, pongo una nueva recomendación, una chorradita como cualquier otra que me acabo de instalar en el portátil:
REAL DESKTOP
¡¿A que mola?! Lo más mejor es lanzar los iconos con mala leche contra las paredes, y jugar a meterlos en la papelera a tres bandas.
Se puede descargar pulsando AQUI (Rapidshare; ocupa 7.1 Mb; contraseña archivo .rar: PRO-Warez.ru).
Feliz día internacional de la moza en camiseta de tirantes.
566. The attack of the revenge of the brain-eaters who became bowling-babes a go-go IV
Mientras desayunaba he escrito un guión para un largometraje que, si me toca la quiniela, rodaré en Torrevieja este otoño:
Se abre el telón y apare Exterior día. Cámara lenta. Sabrina Sabrok (como Francisca Futuro) corre por la playa aterrada, vestida con un top de papel de plata raído (se le ve medio pezón derecho), y un tanga al que va sujeta una pistola de rallos rayos fotónicos. Detrás de ella se desliza a toda hostia un monstruoso bicho bola gigante, que no se sabe de dónde ha salido, ni tampoco importa.
Suena "I was a teenage Alfredo Landa", de The Despotorring UFOs.
Después de diez minutos de trepidante carrera y primeros planos de hipnóticos bamboleos (durante los cuales pierde el sostén enganchándose contra el único rastrojo de toda la playa), Sabrina Sabrok consigue ocultarse, in extremis, dentro de un búnker nazi recuerdo de la 6ª Guerra Mundial. Según llega, se mete en la ducha. La escena de ducha dura veinte minutos. Después aparece la sombra de un mutante con tres cabezas (la de Hitler, la de Elvis y la del Papa) que la viola mientras se la come viva. Pero contra todo pronóstico, uno de los pechos de Sabrina se hincha dentro del cuerpo del mutante. Éste explota y aparecen doscientas pequeñas sabrinas tamaño Barbie sedientas de sangre mutante.
Suena "The day the Earth Studebaker", de Thee Brucecamp Bells.
Mientras tanto, un mad doctor (José Mª Aznar, como Doctor Dolor) está en su isla privada (la zona postnuclear desierta antes conocida como Manhattan) fabricando un ejército de zombies-momia-vampiros subatómicos a partir de la cautiva heroína pop (Purpurina Pérez) Lindsay Lohan, que para sobrevivir necesitan chupar hígados humanos adolescentes.
Suena "Punk de pompa y circunstancia", de The Botarates.
Después de una serie de explosiones, coches policía de hojalata que vuelan por todas partes, cheerleaders en porretas que escapan de milagro de las fauces de los Hombres de Zinc y la persecución de dos Stealths entre los rascacielos de la derruida NY, por fin el ejército de zombies-momia-vampiros son derrotados por la última mini-Sabrina Sabrok, que apenas vestida con un suspirito de tanga levanta el puño, subida en lo alto de una de las Torres Trillizas, todavía con restos de la Lindsay Lohan original entre los paluegos.
564. ''The return of the son of Frunobulax, the air-conditioned monster III''
He iniciado un nuevo proyecto visual, que consiste en capturar fotogramas de las películas que veo, concretamente aquellos en los que aparece el título de la película. Los he ido acumulando durante varias semanas, y finalmente los he reunido un este set de Flickr que hoy mismo he hecho público (y que iré actualizando en fines de semana de maratón cinéfilo como este que termina):
Millones de fotogramas condensados en uno. Cine reducido a un título de crédito, a menudo fruto de una época o un estilo. Espero que a alguno de vosotros os resulten tan fascinantes estas capturas como a mí. Y si alguien se anima, he abierto también un grupo público en Flicker, con el mismo título, en el que podéis participar con vuestras capturas.
(El fotograma del cromo pertenece a una película apócrifa de Ray Dennis T. Meyer y Fred Olen Kauffman-Waters, protagonizada por Lindsay Lohan).
En la sobremesa de hoy, "Eaten alive" (la de Lenzi, de 1980) se ha impuesto a la siesta. Es un producto muy de su época, un explotación setentera a la italiana en la que no faltan sectas, caníbales ansiosos, explícitas escenas de mutilaciones, lucha animal, vejaciones, rituales pornográficos, torsos desnudos a cascoporro, jetas ensangrentadas y pseudofilmaciones mondo de la crudísima y descivilizada vida salvaje. Todo muy bonito, vamos.
Pero yo venía a dejar constancia aquí, porque si no supongo que nadie lo va a hacer, de una de las escenas iniciales, concretamente aquella que incluye los créditos de la película. Ésta nos muestra un paseo de su protagonista, Janet Agren, por las calles de Nueva York. Y en un momento dado, pasa por la puerta de un cine en el que se está proyectando la película "Baby snakes" (aquel magnífico documento gráfico que incluye gran parte del concierto de Halloween de 1977 aderezado con imágenes de Zappa en el estudio y las magníficas y grotescas animaciones en stop-motion a cargo de Bruce Bickford). Efectivamente, la película se estrenó tal y como la realizó Frank Zappa en un puñadito de cines yanquis en diciembre de 1979, y sería por esas fechas cuando se grabaron las escenas neoyorquinas anteriores al macabro viaje a Guinea que narra la película.
Bella eclosión de referencias, sobre la cual no creo que sea muy aconsejable profundizar... Baste decir que dicho cartel, que concretamente cuelga de los cines Victoria es el único de toda la calle en el que se detiene y de hecho se recrea la cámara. ¿Es porque en él se anuncian "bebés de serpiente", o es porque se trata de Zappa?