🥴🇨🇱 Pasadas las #FiestasPatrias #Chile pienso en nuestra necesidad de divertirse, descansar, viajar (¿Escapar?) o simplemente borrarse con suplementos espirituosos. Desde que soy trabajador independiente no siento ese apremio compulsivo ni el "FOMO" (sigla en inglés que resume el miedo a perderse lo que todos disfrutan), pero recuerdo claramente que mientras fui empleado contaba los días hasta el siguiente feriado largo como un recluso lleva cuenta en el muro de lo que resta para su liberación. Y tiene sentido: somos país de órbita católica, donde el trabajo es visto como penitencia —divorciado de pasión o hobbys, una actividad obligatoria para financiar el tiempo libre o la subsistencia— y también somos presa de una singular paradoja: según BonusFinder.com lideramos el ranking 2024 de países con más feriados (19, junto a Argentina y Uruguay) al tiempo que, según Deel, las vacaciones legales chilenas son de las más exiguas y menos flexibles de Latinoamérica.
Previo a las celebraciones subí a TikTok un video explicando por qué no me gustan las Fiestas Patrias, que se hizo muy viral (+300k views). Para mi sorpresa hubo mucha gente que piensa como yo, aunque también duros críticos: lo más suave que dijeron es que yo era «woke», «aguafiestas» o «comunista» (casi pude oírlos hablar con el mismo tono campechano del sheriff Buford T. Justice en “Smokey and the Bandit”). O sea que no te perdonan por pensar distinto, y ese vicio impregna también al entorno laboral: cualquier digresión o desafío a la norma resulta penalizado en lugar de considerar su potencial para resolver problemas o enfrentar crisis.
La parranda es engañosa, como bien advertía el poeta portugués Fernando Pessoa. A simple vista da impresión de espíritu alegre, pero en muchos casos enmascara tristeza, agobio, necesidad imperiosa de evasión. Tal vez la resaca y los achaques tras volver al “grind” nos hagan reflexionar sobre los motivos bajo nuestro deseo de jolgorio, de tirar las herramientas o abandonar la ciudad tan pronto nos dan chance. ¿Cuánta vida desperdiciamos así, trabajando en algo que parece más castigo que fuente de realización profesional, y que se hace muy evidente cuando llevamos una cuenta regresiva mental hasta las ansiadas vacaciones o feriados, y los barrios de oficinas se convierten en pueblos fantasma?
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Directora del Área Internacional en Cámara Valencia
3 mesesGracias Fernando 🏖️