Acuerdo histórico, como lo reporta el Financial Times, de Visa y Mastercard con comercios en Estados Unidos, los cuales, según sus representantes, podrían ahorrarse hasta 30 mil millones de dólares en cinco años. Implica que estas empresas de procesamiento de pagos reduzcan las llamadas tarifas por deslizamiento que cobran a los vendedores y que estos últimos puedan manejar diferentes precios a los consumidores en función de la tarjeta que utilicen, sin el requisito de transferir estos ahorros de tarifas más bajas a los consumidores.
Es la conclusión de un litigio de larga data, promovido por comerciantes que han alegado que las empresas de tarjetas de crédito inflaron sus tarifas. Según sus abogados, el acuerdo es uno de los más importantes que se haya dado en demandas colectiva antimonopolio (class action), aunque no exige que Visa y Mastercard realicen pagos por adelantado. En lugar de ello, bajarán las cuotas en al menos 0.04 puntos porcentuales por un mínimo de tres años, con el compromiso de mantener las tarifas en, o por debajo, por cinco años.
El FT explica que las cuotas de transferencia, también conocidas como de intercambio, han sido por mucho tiempo un punto de discordia entre comerciantes y compañías de tarjetas de crédito. Los operadores de redes de pago, principalmente Mastercard y Visa, las establecen como porcentaje de cada transacción y pueden llegar hasta 3 por ciento. Luego, las ganancias recibidas se dividen con los bancos emisores de las tarjetas y las empresas de tecnología que facilitan los pagos.
Actualmente los comercios pueden cobrar una tarifa adicional a los consumidores que usan tarjetas American Express, pero Visa y Mastercard han impedido que lo hagan para sus usuarios. Incluso las tarjetas del mismo emisor pueden conllevar diferentes tarifas para los comerciantes en función de las recompensas, como kilómetros para aerolíneas o reembolsos en efectivo, que ofrecen a sus tarjetahabientes. Por primera vez, los comercios podrán ofrecer a susclientes diferentes tasas para todas las tarjetas, en vez de sólo diferenciar con base en la red.
Todo esto implica más flexibilidad en la forma en que el comercio gestiona la aceptación de los programas de tarjetas, cuyas redes se han visto sometidas a una presión cada vez mayor por parte de los reguladores para reducir sus tarifas, que, destaca el FT, tienden a ser más altas en Estados Unidos que en la Unión Europea, donde están limitadas.
Entre tanto, los legisladores estadounidenses han revivido un esfuerzo anterior para aprobar una Ley de Competencia de Tarjetas de Crédito, la cual daría a los comerciantes aun más flexibilidad. En octubre, la Reserva Federal reveló que las redes cobraron casi 32 mil millones de dólares en tarifas de intercambio en 2021, casi una quinta parte más que el previo.
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