Los metroidvania son uno de mis géneros de videojuegos preferidos, desde Hollow Knight pasando por Ori and the Blind Forest, Jedi Fallen Order o Aeterna Noctis hasta llegar a algunos mucho menos conocidos como Fearmonium o el reciente Moonscars. Poder explorar los mundos que plantean, investigar cada recoveco, derrotar a los enemigos y jefes o sentir la sensación de progreso conforme avanzo son solo algunos de los aspectos que más me motivan a la hora de abordarlos.
Por ello, cuando surgió la oportunidad de probar Curse of the Sea Rats, un título que está siendo desarrollado por el estudio español Petoons y distribuido por Meridiem Games, no quise perderme la oportunidad, más teniendo en cuenta que se trata de un ratoidvania y eso no se ve todos los días. Humor aparte, en una visita al estudio, he podido disfrutar de una pequeña demo y, aunque el juego llegará en 2023, ya he encontrado algunos aspectos muy interesantes que me han llamado la atención y que hoy os quiero contar.
La magia de la animación tradicional
Incluso antes de visitar el estudio, ya había fijado la atención en este título por una de sus características principales: el apartado artístico. Si recordáis el artículo sobre las referencias del DLC de Cuphead, The Delicious Last Course, sabréis que soy muy aficionada a la animación en sí y cuanto más retro mejor. En este caso, no vamos a viajar a los años 30, pero sí que os puedo decir que, en cuanto a estética se refiere, es como estar en una película Disney de los años 80 o incluso en series tan conocidas como Montana Jones que tuve ocasión de ver en mi infancia gracias a alguna reposición en la tele.
"La animación tradicional transmite unos mensajes que no se consiguen con otros medios." (Daniel del Amor)
En este sentido, el juego no decepciona y está plagado de referencias a películas como Basil, el Ratón Superdetective, Los Rescatadores o de forma mucho más directa incluso hasta a Masters del Universo. De hecho, el propio estudio confesó que se ha inspirado mucho en la colorimetría de Disney a la hora de establecer un lenguaje visual y es cierto que todos estos detalles se pueden percibir dentro del juego, desde el diseño de un personaje hasta la ambientación de los escenarios. Así Sergio García Pino, CEO del estudio, nos contaba que "hay mucho de ambición, de pasión, de creatividad desbordada y de hacer ese juego que queríamos hacer. Hay muchísimas referencias a Hollow Knight, Blasphemous, Castlevania... Necesitábamos destacar el apartado visual". Por otra parte, Daniel del Amor, director del juego, siendo más concreto sobre el apartado artístico nos decía que "la animación tradicional transmite unos mensajes que no se consiguen con otros medios. Nosotros nos hemos criados con esas series y películas, queríamos hacerlo y vimos que era algo factible."
La colorimetría es muy importante bebiendo del trabajo de Disney
En el pequeño adelanto, también he podido jugar con hasta 4 luchadores distintos, cada uno con sus propias habilidades y diseños característicos. De hecho, como detalle curioso, el estudio me contaba que ha intentado ceñirse a un rigor histórico máximo a la hora de crear el mundo y los personajes y que elementos como una simple chaqueta tenían que tener coherencia con la época en la que se desarrolla, el siglo XVIII en Irlanda.
"Queríamos aportar nuestro sello personal a este renacimiento de los metroidvania." (Daniel del Amor)
Esto no solo demuestra un gran nivel de detallismo a nivel visual llevado a su máximo exponente sino que también deja constancia de la importancia que da el estudio a este proyecto que llegará en pocos meses. "Queríamos hacer algo más ambicioso que lo que habíamos hecho hasta entonces. Es aportar nuestro sello personal a este renacimiento de los metroidvania". Y es verdad, en detalles no van cortos, desde la características de combate particulares de cada uno de los luchadores hasta la obtención de coleccionables de todo tipo, el derroche de cuidado y de un trabajo bien hecho es palpable. "Todo el mundo puede hacer una pizza, pero hacer una que esté rica o sea diferente eso es otra historia".
Una vez a los mandos, es cierto que no he podido jugar mucho en el modo para un solo jugador, pero lo que sí pude vivir en directo fue la experiencia cooperativa local. Con hasta cuatro jugadores de forma simultánea, la percepción que obtuve es que esa era la manera de establecer un modo fácil sin tener distintos modos de dificultad. Es verdad que en un inicio la existencia de tantos personajes en pantalla dificultaban un poco la jugabilidad, pero al poco tiempo, la sensación de trabajo en equipo surgió facilitando mucho la experiencia, también durante el combate.
Podemos jugar en cooperativo local con hasta cuatro jugadores
Y creo que esta es una de las teclas principales, porque hay una necesidad de adaptación para toda clase de públicos. Es cierto que cuenta con algunos detalles algo picarones para los más mayores, similar a lo que pasaba con Hollywood Monster, pero sin pasarse. Además, esta percepción se potencia al ver que se han introducido mecánicas como el parry pero de forma opcional. También han introducido detalles como correr como un ratón o ataques elementales que son útiles para el combate pero que, en líneas generales, no presentan gran complejidad.
Aparte de la historia principal, vamos a encontrar algunas misiones secundarias que aportan profundidad a la trama y que alargan la experiencia de juego. En mi caso, pude ver una de ellas muy divertida que tenía incluso varios desenlaces y que demostraba que en el juego hay bastante humor. De lo que no vi tanto por limitaciones de tiempo fue del backtracking, pilar que considero fundamental en el género, aunque la existencia de obstáculos y zonas cerradas sugieren que sí está presente conforme avanzamos.
Como podéis ver, en términos generales, la sensación que me he llevado jugando a Curse of the Sea Rats ha sido positiva teniendo la convicción de que puede ser una buena puerta de entrada al género para aquellos menos experimentados. Destaca particularmente en el apartado visual, espacio en el que creo que ofrece mayor personalidad, (y eso que la música también es destacable). Particularmente, creo que es uno de esos juegos con un encanto especial que ofrecen una aventura entretenida y adorable facilitando el ocio familiar a través de los videojuegos. Me quedo con ganas de ver más y, sobre todo, de poder explorar con calma los secretos que está dispuesto a ofrecernos. No os miento cuando os digo que ya tengo una edición física reservada esperando a que llegue pronto con la ilusión de que el resultado final sea tan apasionado como el pequeño adelanto que he visto.
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