Cazador o víctima. Sea cual sea tu papel en Dead by Daylight vas a disfrutar de una de las experiencias multijugador más únicas de los últimos años. Como superviviente llegarás a temer por tu vida mientras que en la piel del asesino, gozarás dando caza cruelmente a otros jugadores. ¡Y el resultado será siempre el mismo! Mucha diversión, especialmente en compañía de amigos. Análisis.
Tantas son las penurias que debes sortear para escapar con vida de las garras de ese asesino inmortal que te persigue de forma incansable en Dead by Daylight que cuando llega la hora, y encuentras tu única vía de escape, solo piensas en ti. Que grite cuanto quiera ese pobre desgraciado que ha tenido la mala fortuna de caer en manos del enemigo. Tal es la sensación de indefensión que genera esta peculiar aventura de terror en la que cuatro inocentes deben lidiar con las malas artes de un quinto jugador, el monstruo, al que no hay forma humana de vencer, que por mucho que te duela ver morir a la persona que minutos antes te ha ayudado… serás más cobarde que héroe.
Una situación nada habitual en el mundo de los videojuegos. Por eso nos gusta tanto esta obra de Behaviour Interactive. Te hace sentir como si realmente tu vida pendiera de un hilo, de ahí que cueste tanto ponerla en riesgo; pero ojo, que sin la colaboración del resto de supervivientes difícilmente salvaréis el pellejo. Antes de alcanzar ese punto crítico en el que las puertas del "paraíso" están abiertas, y la salvación más próxima, tendréis que lidiar con cinco generadores de energía que requieren tiempo y dedicación. Y la ecuación aquí es bien sencilla: cuantos más inocentes trabajen en ello más rápido se pondrán en marcha. Así de fácil. O más bien no.
Si el que un desquiciado ande suelto por ahí no te pone lo suficientemente nervioso, durante la reparación de estos generadores también habrá que lidiar con los fallos técnicos, que no son como para tomárselos a broma. Si pulsas el botón correcto en el momento oportuno todo irá bien, sino… ¡PUM!, una explosión delatará tu posición y echará a perder parte del trabajo. Toca correr.
Un asesino anda suelto
Piensas en tu seguridad, y por ello casi que te dan igual los otros, pero a la vez necesitas de su ayuda para escapar con vida. Esta es la encrucijada que hace de Dead by Daylight una aventura de supervivencia tan divertida. Y sí, habéis leído bien en este análisis: Supervivencia. Así se plantea la acción desde el punto de vista de los inocentes. No tienen armas ni prácticamente ninguna herramienta que les permita escapar de las garras del asesino, aunque sí pueden valerse de ciertos artilugios para, al menos, dificultar su cacería. La linterna, por ejemplo, puede cegarlo momentáneamente; ideal para despistarle e ir en busca de un escondrijo. Es lo suyo.
Correr cuando toca, caminar sigilosamente para no levantar sospechas, pues incluso el vuelo de los cuervos puede delatar nuestra posición; y si tenemos oportunidad, ocultarnos en armarios o cualquier rincón que encontremos en nuestro camino. Todo vale con tal de sobrevivir a este macabro juego del ratón y el gato. En este sentido, echamos en falta más opciones de cara a protegerse de los asesinos. Hay pocas herramientas a las que recurrir, como botiquines o las cajas de mecánico con las que agilizar la puesta en marcha de los generadores de energía, y esto a la larga hace de las partidas un tanto repetitivas. Siempre es lo mismo. Hay pocas variaciones, más allá del tiempo que tarde el asesino en dar caza a los inocentes… si es que lo hace. Y es una lástima.
Aunque las primeras horas disfrutarás mucho con la tensa acción que propone Dead by Daylight, también es fácil cansarse de repetir una y otra vez las mismas acciones
Hay un enorme potencial perdido en este videojuego. Al menos de momento, pues sus creadores prometen actualizar su obra con nuevos contenidos de forma constante. Los necesita. Aunque las primeras horas disfrutarás mucho con la tensa acción que propone Dead by Daylight, también es fácil cansarse de repetir una y otra vez las mismas acciones en prácticamente los mismos entornos. Que esa es otra. Tan solo hay tres localizaciones distintas, cada una de ellas con varios mapas que muestran ligeras variaciones. No son suficientes. Tampoco los asesinos con los que lidiar. De momento son tres, cada uno de ellos con sus propias habilidades que, eso sí, te obligan a adaptar también tu forma de juego. Hay uno, por ejemplo, que puede hacerse invisible; mientras otro planta cepos que te harán la vida imposible, que nada hay más aterrador que pisar una de estas trampas y ver llegar al asesino de turno listo para colgarte de un gancho, como si fueras un animal camino al matadero, sin que puedas impedirlo.
Sorprendentemente, el videojuego incluye un completo sistema de progresión que te permite no solo modificar la apariencia de tu superviviente, también el equipo y accesorios con los que puede saltar a la lucha, y varias habilidades especiales con las que, por ejemplo, puede mejorar su capacidad para sanar a otros jugadores, recibir bonificaciones por salvarles de la muerte, etc. Tampoco está del todo aprovechado. Nos gusta que las opciones a tu alcance se generen de forma aleatoria, y nos gusta mucho que al morir se pierdan los objetos especiales con los que inicias la partida. Es una forma más de aumentar la tensión, el miedo a la muerte. Sin embargo, insistimos, hay pocas opciones; pocas alternativas reales a la hora de buscar la salvación.
Nos vamos de caza
Queda claro el papel de los supervivientes. Ahora toca hablar del villano; de ese temible asesino encarnado por un quinto jugador que a diferencia de sus presas, disfruta de la acción desde una perspectiva en primera persona. Es un cambio importante. El campo de visión se reduce de forma considerable y lo que para los inocentes es fácil de detectar, a él le va a costar más verlo. Sobre todo cuando entran en juego condicionantes como una densa niebla o la hierba alta. Nos gusta. También las sutiles diferencias que hay entre los tres asesinos. Ya lo decíamos antes.
Es un videojuego realmente divertido y a su modo, bastante único en la acción que plantea
Cada uno de ellos cuenta con habilidades especiales y armas únicas que pueden mejorarse a través de otro sistema de progresión específico de los asesinos. Y no lo vamos a negar. Es muy divertido encarnar a estos seres infernales. Perseguir a los inocentes, atraparles cuando menos se lo esperan, golpearles con el machete y salpicar toda la pantalla de sangre; hay mucho encanto en la forma en la que Behaviour Interactive ha retratado a estos villanos, imitando el estilo de los clásicos del cine de terror de los ochenta. Por eso decepciona que sean tan pocos los asesinos a nuestro alcance, aunque está claro que con el tiempo el plantel crecerá y crecerá.
Otro de los aspectos que más decepcionan actualmente tiene que ver con la imposibilidad de unirse a una partida en compañía de amigos. Si eres villano… bueno, tampoco importa mucho; pero en un videojuego de estas características, en el que la colaboración es una pieza clave del éxito, nada hay como jugar con personas conocidas. La opción está ahí, pero solo en partidas privadas. Tampoco el sistema de búsqueda de partidas funciona del todo bien: hay fallos de conexión, tarda en dar con partidas, y a veces puedes pasarte un buen rato antes de encontrar un duelo. Lo criticamos aquí pero también es digno reconocer que el equipo de desarrollo ha ido publicando actualizaciones que buscan mejorar el juego y corregir fallos. Así que es un aspecto que sí, ahora es negativo, pero parece claro que no lo será en el futuro.
Es lo que nos anima a esperar grandes cosas de Dead by Daylight. Es un videojuego realmente divertido y a su modo, bastante único en la acción que plantea. Visualmente hablando también tiene cierto encanto, aunque es un título discreto que no destaca especialmente por su poderío tecnológico. El diseño de los asesinos y el de los propios escenarios es bueno y destila, como decíamos, el filin de esos clásicos del cine que tanto adoramos. Lo mismo el sonido. No es tan contundente como nos hubiera gustado, pero hay momentos que son simplemente geniales. Hablamos por ejemplo del campanilleo que sonará cada vez que El Espectro usa su poder de invisibilidad. Es aterrador. Lo escuchas y de inmediato te entra el miedo, pues sabes que anda cerca.
Con estas virtudes no cuesta entender por qué Dead by Daylight se ha convertido en un gran éxito de ventas en tan poco tiempo. Hay mucho potencial en él, lo decíamos antes, y si sus creadores saben sacar provecho, en cuestión de meses podríamos estar ante un auténtico imprescindible. De momento no lo es, pero sí hablamos de un videojuego muy recomendable con el que es fácil pasarlo bien. Especialmente en compañía de amigos.
El terror que genera enfrentarse a un asesino invencible, que sabes es otro jugador dispuesto a todo con tal de alzarse con la victoria, hacen de Dead by Daylight un título multijugador francamente divertido y, sobre todo, original. Hay pocos videojuegos como este, y eso le hace ganar mucho frente a otros competidores. Más si te gusta el cine de terror de los años ochenta. Su mayor problema es la escasez de contenidos, que sus creadores prometen corregir con el paso del tiempo, y la poca variedad de situaciones de juego que plantea, que en cuestión de horas podría hacer que te canses de su acción. Su presente es bueno, su futuro, mucho más prometedor. Esperemos que sepan sacarle provecho.
- Una experiencia de juego única, original, que mezcla con acierto acción y terror
- Los asesinos y escenarios recuerdan a los clásicos del cine de terror en los ochenta
- Aún tiene que mejorar el sistema de búsqueda de partidas
- Pocos mapas y un solo modo de juego. Demasiado pronto se vuelve repetitivo
- Se echan en falta más villanos. También más alternativas para sobrevivir a sus ataques
