Los inicios de Disney como compañía están marcados por un buen puñado de cortos de animación, el lanzamiento de Blancanieves en 1937 como primera película y todo a la vez. Eso es precisamente lo que es Fantasía, una cinta de más de 2 horas llena de cortos al son de la música. Se estrenó en 1940 como tercer largometraje de la empresa tras el lanzamiento de Pinocho y, si bien hoy en día está considerada como una de las mejores películas de animación, sus inicios no fueron tan agradable como podamos pensar.
Una gran película en una mala época
Fantasía se concibió como una obra con 8 episodios diferentes en los que la música clásica acompañaba a cada historia. En ella, podemos encontrar algunos cortos tan famosos como "El aprendiz de brujo", en el que se ve a Mickey Mouse vestido de mago y manejando a las escobas o "Una Noche en el Monte Pelado" donde se introduce al malvado demonio Chernabog. Como curiosidad, este fragmento tuvo que ser eliminado de la versión posterior de vídeo ya que, años más tarde, Disney todavía recibía quejas por el miedo que sentía los niños al ver al monstruo alado. Más adelante, este regresó al mundo de los videojuegos a través de la primera entrega de Kingdom Hearts.
Pese a que a día de hoy está considerada como una de las mejores películas de animación de la historia, su lanzamiento supuso uno de los mayores fracasos para Disney en taquilla. Esto fue así debido al inicio de La Segunda Guerra Mundial, la cual impidió la distribución de la cinta en Europa con su respectiva pérdida monetaria. Tal fracaso provocó además que muchas cadenas no quisieran apostar por la cinta ni en la pequeña pantalla, por lo que, poco a poco, fue cayendo en el olvido.
No sería hasta 1969, casi 30 años más tarde, cuando la película comenzó a generar interés en su reedición, porque el público de aquel entonces la consideraba como "psicodélica" en un momento en el que el movimiento hippie estaba en auge. Sin duda, un evento afortunado y curioso que dio lugar a posteriores reestructuraciones como Fantasía 2000, pero que frustraron los planes de Walt Disney de sacar una edición cada año con nuevos cortos.
Pese a ser uno de los mayores fracasos de Disney en el momento, la crítica de la cinta fue buena e incluso países como Japón decidieron prohibirla alegando que era mejor el público japonés no viera que los estadounidenses podían realizar obras de arte tan bonitas. Con el tiempo, esta fama ha crecido y a Fantasía se le deben momentos icónicos en la historia de la compañía que todavía perduran.
Afortunadamente, y pese al paso de los años, la cinta no ha caído en el olvido y, gracias a Disney+, la podemos ver en cualquier momento. Es cierto que la ausencia de diálogos puede ser un disuasorio para el público más joven, pero lo compensa visualmente con historias realmente conmovedoras y, además, el público más mayor que haya crecido con Disney podrá encontrar el origen de muchos personajes que después se vieron en películas como Hércules, así como otro tipo de guiños muy interesantes. Una joya que merece la pena recuperar.
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