La historia nos dice que la mayoría de veces en las que Disney ha decidido salirse de la temática de cuento, (con excepción de las películas de Pixar), estas no suelen calar demasiado entre el público. Lo vimos con Atlantis, con El Planeta del Tesoro o con Taron y el caldero mágico por ser demasiado oscura. Sin embargo, el tiempo y la distribución del formato físico elevaron a todas estas cintas como obras de culto que formaron parte de nuestra infancia. Con Goofy e hijo ocurrió lo mismo: una cinta que apenas tuvo recaudación, pero que a día de hoy es de las más especiales de la compañía. ¿Por qué? Os lo cuento a continuación.
La película de Goofy y su hijo
Hasta el año 1995, tan solo una película animada había apostado por utilizar una ambientación actual y acorde a la fecha de su estreno. Esa era Oliver y su pandilla y trataba sobre la historia de un gatito callejero que se une a un grupo de perros. También teníamos otras como 101 Dálmatas, Los Aristogatos o Los Rescatadores que transcurrían en un mundo real, pero no en la misma época en la que fueron creadas. Con Goofy e hijo encontramos la década de los noventa en estado puro de forma que cualquier adolescente que la viera pudiera entrar en la propuesta y ampliando el éxito de la serie La tropa Goofy.
Dado su tono mucho más juvenil, parece sorprendente que sea Goofy el encargado de coprotagonizar esta historia, pero es uno de los factores fundamentales, ya que la relación entre él y su hijo es la clave de la cinta. Así, conocemos a Max, el cual está inmerso en la vida estudiantil, tratando de encontrar su propio camino para destacar entre la gente. A su vez, está enamorado de Roxanne, queriendo llamar su atención a toda costa. Cuando su padre le frustra los planes de tener una cita con ella, no le queda más remedio que mentir y decir que va a ir al concierto de la estrella del rock, Powerline, para que ella no sienta que la rechaza. Como no podía ser de otra forma, todo se complica dando lugar a una película de lo más divertida.
En primer lugar, hay algo único en esta película y esa es su música. Y sí, a lo mejor os preguntáis porqué dado que no es la única obra de Disney con canciones. Sin embargo, todas estas tratan cosas actuales como es el rechazo, la necesidad de destacar, o incluso la importancia de ir de vacaciones. Todas ellas son de lo más pegadizas y, además, es curioso cómo encontramos algunas canciones en inglés y otras en español en la versión de España. Esto es así dado que el cantante Tevin Campbell fue el encargado de cantar dos canciones: "Stand Out" y "121". Ambas son tan elaboradas que parecen auténticos temas de los noventa y, de hecho, posteriormente han sido cantadas por el propio intérprete en múltiples ocasiones.
Más allá de la música, hay otro elemento que acompaña a la estética moderna como eje de interés y ese es el humor. Goofy e hijo es una película tremendamente divertida en la que empatizarás con el padre y te reirás con el hijo. En esta ocasión, encontramos a un Goofy especialmente inocente al que la paternidad parece venirle grande ahora que su hijo es adolescente. Desde llevarlo a lugares para niños y ridiculizarlo, hasta encontrar a un Big Foot, todas estas situaciones consiguen sacar al espectador una carcajada. Concretamente, esta última escena con los Bee Gees de fondo es de las mejores. De hecho, es recurrente encontrar muchas referencias a la cultura del momento y en cierto momento, cuando están en la autovía, se puede ver incluso una a Michael Jackson.
¿Y por qué esta cinta no tuvo éxito en taquilla? Las causas pueden ser diversas, pero hubo una marcha del ejecutivo Jeffrey Katzenberg que paró todo el plan publicitario de la cinta y, por ello, la campaña de anuncio fue menos que en otras películas de la compañía. De esta forma, Goofy e hijo apenas recaudó 37 millones de dólares. Sin embargo, como solía ocurrir, la llegada a los hogares de esta hizo que adquiriese mayor popularidad, siendo muy querida entre el público. De hecho, no es raro teniendo en cuenta en la dirección recayó en manos de Kevin Lima, director de otras películas como Tarzán que sí fueron un éxito.
Por ello, dado que esta película está disponible en Disney Plus, os recomiendo echarle un vistazo o volver a verla. Encontraréis, (sobre todo con el paso del tiempo), que se trata de una propuesta original dentro de los productos que Disney suele ofrecer, más en aquella época. Su tono actual, su estilo desenfadado y todo el humor que ofrece hace que sea una opción perfecta para todos los públicos.
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