La industria de los videojuegos se ha ganado el corazón de millones de usuarios con sistemas potentes y aventuras de ensueño. Sin embargo, las compañías más reconocidas del sector se han atrevido a dar saltos de fe con iniciativas tan extrañas que, a veces, es difícil vincularlas con el medio que tanto nos gusta. Ejemplo de ello es Terebikko, la particular consola de Bandai (antes de que se fusionara con Namco) para llamar por teléfono a Goku, Super Mario y otros personajes célebres del mundo del entretenimiento. Y Nintendo no pudo resistirse a esta curiosa tendencia; motivo por el que se unió a la fiesta con un pulsómetro para medir la frecuencia cardíaca del jugador.
Con estas palabras, es posible que más de uno se acuerde del Wii Vitality Sensor. Un periférico para la icónica Nintendo Wii que, sujetando el dedo índice del usuario con suavidad, buscaba incorporar los latidos del corazón en las experiencias de juego. Fue el mismísimo Satoru Iwata, expresidente de Nintendo, quien presentó este accesorio allá por 2009 prometiendo que su función se centraría especialmente en relajar al jugador, pero la Gran N decidió cancelar el proyecto en 2013 porque el equipo no consiguió "que funcionara como se esperaba" y tenía "una aplicación más limitada" de lo que se había pensado originalmente. Lo que pocos saben, no obstante, es que la compañía nipona ya había lanzado algo extremadamente similar en la época de Nintendo 64: el Bio Sensor.
El pulsómetro casi olvidado de Nintendo
Técnicamente, no hablamos de un producto fabricado por Nintendo. Sino de un pulsómetro producido por la compañía SETA que fue creado específicamente para ser un accesorio oficial de Nintendo 64; lo que le brindaba el distintivo sello de la Gran N. Como ocurre con muchos de los experimentos que se llevan a cabo en el mundo de los videojuegos, su lanzamiento estuvo limitado únicamente a Japón y los usuarios del resto del globo no tuvieron la oportunidad de acceder al dispositivo. Sin embargo, su uso era tan particular que sólo unos pocos jugadores habrían considerado su compra.
Bio Sensor añadía nuevos sets de piezas en Tetris 64 basándose en la frecuencia cardíaca del jugador.
El dispositivo no se conectaba directamente a Nintendo 64, sino que Bio Sensor se acoplaba en el mando; concretamente, en ese puerto que también admitía extras como el Expansion Pak (que aportaba 4 megabytes de memoria al sistema para mejorar los gráficos de los juegos) o el Transfer Pak (que transmitía datos entre títulos de Game Boy Color y Nintendo 64). El otro lado del cable tenía una especie de pinza de plástico que el jugador debía ponerse en la oreja; de este modo, el sistema era capaz de medir la frecuencia cardíaca del usuario.
Curiosamente, Nintendo decidió distribuir el Bio Sensor fabricado por SATA de dos formas distintas: en formato individual y en un pack junto a Tetris 64. Porque sí, Japón fue el único país que pudo jugar a una versión de Tetris exclusiva de Nintendo 64 que apenas se diferenciaba de todas las iteraciones que hemos visto de esta icónica entrega. Y lo más particular de este título es que permitía usar el pulsómetro para cambiar ligeramente la experiencia de juego basándose en las mediciones que detectaba del jugador.
Más presión, mayor dificultad
Tetris 64 fue el único juego que implementó Bio Sensor en su jugabilidad; lo que no daba mucho sentido al hecho de que la Gran N decidiera vender el periférico también en formato individual. Sea como fuere, el sistema funcionaba de la siguiente manera: cuando se registraba una frecuencia cardíaca baja, Tetris 64 introducía un nuevo set de piezas diferentes a las que solemos ver en las entregas de Tetris (concretamente, el Grupo A de la imagen que tienes encima de estas líneas); si se detectaba una frecuencia cardíaca alta, el juego empezaba a integrar figuras de otra agrupación (Grupo B).
Como puedes observar, el Grupo A está formado por piezas sencillas de no más de cuatro cuadrados; unos fragmentos que se podían colocar fácilmente en la torre que hubiéramos formado en Tetris 64. En cambio, el Grupo B tiene figuras mucho más complejas cuya aparición en la partida habría provocado más de una queja. En resumidas cuentas, el sistema recompensaba a los jugadores que se mantenían tranquilos y castigaba a los que se ponían en tensión. Cabe destacar, eso sí, que Tetris 64 permitía intercambiar ambos grupos para que la experiencia tensa venga acompañada de piezas fáciles, y viceversa.
Y este fue el único uso que se le dio a Bio Sensor. A pesar de su rápida caída en el olvido, el caso de Wii Vitality Sensor indica que Nintendo estuvo a punto de dar una segunda oportunidad a la idea de registrar la frecuencia cardíaca de los usuarios. Y quién sabe, es posible que esta iniciativa hubiese sido útil en Wii teniendo en cuenta que algunas de sus experiencias se basan en realizar ejercicio físico, pero todo apunta a que la Gran N ha dejado esta idea abandonada en un cajón; seguramente, para siempre.
En 3DJuegos | Antes de ser el éxito que conocemos, Pokémon se ideó como un RPG tradicional con un estilo totalmente diferente
Ver 0 comentarios