Despedida

El adiós de Dagoll Dagom, buque insignia del musical en catalán: "El veneno del teatro es algo real, existe"

MULTIMEDIA | Seis espectáculos (y un bonus) que marcaron la carrera de Dagoll Dagom

Entrevista con los fundadores de Dagoll Dagom, Anna Rosa Cisquella, Joan Lluís Bozzo y Miquel Periel.

Entrevista con los fundadores de Dagoll Dagom, Anna Rosa Cisquella, Joan Lluís Bozzo y Miquel Periel. / JORDI OTIX

Marta Cervera

Marta Cervera

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Juan Lluís Bozzo, Anna Rosa Cisquella y Miquel Periel volverán a escena esta semana en 'La gran nit de Dagoll Dagom', un homenaje en el Teatre Grec al medio siglo de la aclamada compañía de teatro que ha hecho del musical en catalán su sello. En ella sonarán fragmentos de todas sus obras como 'Antaviana', 'Glups!', 'El Mikado' o el incombustible 'Mar i cel', su mayor hit con 1.219.535 espectadores. Con esta producción, estrenada en 1988 y recuperada en varias ocasiones, bajarán la persiana la próxima temporada cuando terminen las funciones donde el famoso barco pirata volverá a surcar ¿por última vez? el escenario del Victòria en una nueva producción que se estrenará en septiembre.

A partir del jueves y durante tres noches, el Grec les brinda un merecido homenaje a la compañía con un repaso a su legado como nunca se ha hecho: con una gran orquesta de 40 músicos y un coro del 20, todos estudiantes de la Esmuc, bailarines e invitados. No quedan entradas desde hace tiempo. TV3 grabará el espectáculo. También se editará un vinilo del 50 aniversario.

Ensayo de 'Glups!', de Dagoll Dagom.

Ensayo de 'Glups!', de Dagoll Dagom. / Dagoll Dagom

Un homenaje con 160 personas en el Grec

El espectácuo ha movilizado a unas 160 personas. Capitaneados por Dani Anglès (escena), Joan Vives (música) y Ariadna Peya (coreografía) recuperarán momentos estelares de sus espectáculos y melodías que forman parte de la historia del teatro catalán con intérpretes de diferentes generaciones. Desde veteranos como Pep Cruz, Ferran Rañé, Àngels Gonyalons y Albert Guinovart -compositor de 'Mar i Cel' y 'Flor de nit'- a Nina, Elena Gadel, Ivan Labanda y nuevas promesas como Jordi Garreta y Alèxia Pascual, los nuevos Saïd y Blanca de 'Mar i Cel'.

Son muchos los recuerdos y anécdotas de los tres históricos miembros de Dagoll Dagom, protagonistas y testigos de la transformación de la escena catalana durante los últimos 50 años. Hay cosas, sin embargo, que nunca cambian. "El veneno del teatro es algo real, existe. Te engancha porque sales a escena, te transformas en un personaje y te aplauden al final. Es algo que no experimentas en la mayoría de profesiones y que no puedes dejar", confiesa Cisquella. "Es el premio del narcisista número uno, no hay mayor recompensa. Es embriagador", admite Bozzo. "Había un gran maestro que solía decir: "Para ser actor debes ser exhibicionista e histérico", apunta Periel.

Un momento de 'Scaramouche', musical con espadachines.

Un momento de 'Scaramouche', musical con espadachines. / David Ruano/TNC

Los tres empezaron en la compañía como actores con 'No hablaré en clase' en 1977, un momento clave para la compañía. Fue el último montaje que dirigió Joan Ollé, que impulsó el conjunto en 1974 con 'Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos', basado en poemas de Rafael Alberti y 'Nocturn per acordió' en 1975, en versos de Joan Salvat-Papasseit.

'Antaviana', el inicio de la compañía

En sus inicios, Dagoll Dagom estaba formado por universitarios que hacían actuaciones puntualmente y nunca fuera de Catalunya. El éxito de 'No hablaré en clase' (1977), una obra que satirizaba la educación nacionalcatólica del franquismo, les obligó a profesionalizarse para atender numerosos bolos en toda España. "Cuando salió un bolo en Palma de Mallorca había que estar fuera una semana y muchos de los actores ya trabajaban. Ollé me llamó para hacer una sustitución, así empecé en Dagoll", recuerda Cisquella. También entró Periel. Después llegó la posibilidad de hacer temporada en Madrid. Bozzo entró en Valencia".

La compañía se profesionalizó con estos tres jóvenes de entre 24 y 28 años. No imaginaban entonces que su aventura llegaría tan lejos. Dagoll Dagom ha actuado por toda España y también en el extranjero. Ollé dejó la compañía y ellos montaron 'Antaviana' (1978), su aplaudido primer espectáculo firmado por los tres, basado en cuentos de Pere Calders, con escenografía y vestuario de Isidre Prunés y Montse Amenós, con las músicas galácticas de Jaume Sisa. "A Ollé, que nuestro espectáculo tuviera tanta repercusión le dio un poco de rabia", dice Cisquella. "Estaba convencido que Dagoll Dagom dejaría de existir sin él", añade Bozzo. En aquella época estuvieron a punto de cambiarle el nombre a la compañía porque fuera de Catalunya nadie lo pronuncia bien. Pensaron en ponerle Antaviana.

"Cuando Joan Ollé dejó la compañía no esperaba que 'Antaviana' tuviera tanta repercusión. Le dio un poco de rabia"

— Anna Rosa Cisquella

La exigencia artística y la calidad han sido aspectos que siempre han mimado, rodeándose de colaboradores de talento. "Lo difícil en aquel primer montaje fue hacer la selección de los cuentos", recuerda Cisquella. "Fue un proceso maravilloso", dice con sorna Periel. Entre los tres se ocuparon de las labores de dirección, además de actuar en la obra junto a Assumpta Rodés, Pepe Rubianes, Mar Targarona, Berti Tovías.

Un momento de 'L'alegria que passa' de Dagoll Dagom.

Un momento de 'L'alegria que passa' de Dagoll Dagom. / EPC

Muchos de sus montajes han partido de textos de autores catalanes. Algunos han sido adaptaciones como 'Aloma' (2008), basado en la novela de Mercè Rodoreda, con música de Alfonso Vilallonga, y 'Mar i Cel' (1988), inspirado en una obra teatral de Àngel Guimerà con música de Albert Guinovart. 'L' Alegria que passa' (2023), el último musical de Dagoll Dagom dirigido por Cisquella y Periel, se basa en una breve obra teatral simbolista de Santiago Rusiñol y música de Andreu Gallén. El esctritor Manuel Vázquez Montalbán hizo el libreto de 'Flor de nit' (1992), un ambicioso musical sobre el Paral·lel con música de Guinovart. Y se aliaron con Santiago Auserón para hacer 'Cacao' (2000), un musical salsero y caribeño.

Éxitos, fracasos y "la dictadura de la crítica"

Pero nadie tiene la fórmula del éxito. Dagoll Dagom se ha arruinado varias veces. "Nos pasó con 'Flor de nit' y con 'La Perritxola'. Pero por suerte vinieron otros espectáculos que nos reflotaron y, sobre todo, las series de televisión como 'Oh, Europa!' y 'Oh, Espanya!'. Sin la televisión nos hubiéramos hundido en la miseria", confiesa Bozzo. "Después de 'La Perritxola' hicimos el segundo 'Mar i cel' en el TNC, ya con idea de trasladarlo después al Victòria", apunta Cisquella. Aquello les ayudó en un momento en el que "teníamos mucho miedo", dice Periel. 'Historietes' (1993) un 'max mix' de sus espectáculos con el que volvieron a ir de gira, contribuyó a hacer caja y salir de los número rojos.

¿Qué pasó con 'La Perritxola'? "Cuando la estrenamos en el Teatre Grec fue fantástico: seis días con el teatro lleno", dice Periel. "Pero cuando lo llevamos al Victoria fue muy mal, quizá es el que peor ha ido de todos los montajes que hemos hecho. Era la época de la dictadura de la crítica, que nos hizo mucho daño, algo que afortunadamente ha acabado gracias a las redes sociales", afirma Bozzo. "Había unos niveles de crítica intolerables. ¡Y ahora resulta que en Aviñón un crítico se querella contra Angélica Liddell porque se ha metido con él y le ha dicho de todo en su último espectáculo!".

Cisquella no comparte la visión de Bozzo sobre la crítica. "En general yo diría que la crítica ha ayudado a Dagoll Dagom". Y Bozzo responde: "Sí, pero cuando nos atacaba nos desmontaba el negocio, hacía peligrar las subvenciones. Era una época en que Marcos Ordóñez y Sagarra no analizaban el espectáculo. ¡Es que hacían sangre y te ridiculazaban!". Periel añade: "Nos habían machacado también en 'La nit de Sant Joan'", dice en referencia a la obra donde volvieron a colaborar con Sisa después del gran éxito de 'Antaviana'. Con ella inuguraron el Romea como Centre Dramàtic de la Generalitat en 1981.

"Nunca hemos tenido presiones de fuera. Ciertas cosas que hacíamos hace años serían impensables hoy"

— Miquel Periel

"¿Podríamos hoy poner a toda la familia real dentro de un váter y tirar la cadena? No creo"

Dagoll Dagom ha trabajado siempre desde la libertad. "Nunca hemos tenido presiones de fuera. Ciertas cosas que hacíamos hace años serían impensables hoy", comenta Periel.

En 'Glups!' (1983), basado en cómics de Gérard Lauzier, se metían con todo sin cortarse un pelo. Dudan que hoy fuera posible. Tras la llegada de la democracia a España, los aires de libertad que se respiraban permitieron hacer cosas que hoy serían impensables. "El número de las feministas en 'Glups!' no se podría hacer hoy. Nos matarían. Mostrábamos que un grupo de feministas que se movilizaban por tras una violación y cuando todas salen a apoyar a la víctima resulta que la había cometido una mujer, que en realidad era un travesti. Total, que todos sus principios se iban al garete. ¡Ya entonces hablábamos de conflictos entre feministas y trans!", recuerda Cisquella.

"Éramos políticamente incorrectos", señala Bozzo. "Siempre hemos estado pendientes del mercado. Pero autocensura, no demasiada," añade. Sin embargo, confiesa que algo hubo a la hora de montar 'La familia irreal, el musical' (2012) aliados con la productora de Minoria Absoluta, con los actores más populares de los programas 'Polònia' y 'Crackovia'. "Había un número con una guillotina que eliminamos", recuerda. "Era una sátira descarnada. ¿Podríamos hoy poner a toda la familia real dentro de un water y tirar la cadena? No creo. ¡Si Hasél lleva tres años y pico en la cárcel por decir "los Borbones son unos ladrones!". Su trabajo no ha recibido denuncias, pero cuando hicieron aquella obra "estábamos 'acollonits'", dice Cisquella.

Los jefes de Dagoll Dagom. De izquierda a derecha: Joan Lluís Bozzo, Miquel Periel y Anna Rosa Cisquella.

Los jefes de Dagoll Dagom. De izquierda a derecha: Joan Lluís Bozzo, Miquel Periel y Anna Rosa Cisquella. / JORDI OTIX

La época dorada de La Cubana, La Fura, Tricicle, Joglars y Comediants

Han sido ambiciosos pero han tenido épocas mejores y peores, adaptándose a los tiempos. Pasaron de hacer montajes de creación y de inspirarse en los clásicos a hacer versiones en catalán de populares musicales como 'El Mikado' (1986), opereta cómica en dos actos con libreto de W. S. Gilbert y música de A. Sullivan que funcionó muy bien. En cambio 'Boscos endins' (2007), de Stephen Sondheim y James Lapine, no acabó de cuajar. Y rindieron homenaje al pop-rock autóctono con 'Cop de rock' (2011), que supuso el descubrimiento de la compañía para nuevas generaciones, tanto de artistas como de público.

"Hemos luchado y convertido Dagoll Dagom en el centro de nuestra vida"

— Joan Lluís Bozzo

"Hemos currado muchísimo", dice Periel. "La suerte, como decía Calders, existe. Pero también existe la mala suerte. Nosotros hemos sido muy ambiciosos. No hemos dejado nunca de luchar por lo que queríamos llevar a escena. Hemos convertido Dagoll Dagom en el centro de nuestra vida", coenta Bozzo.

Hoy es difícil imaginar que pueda surgir otra compañía igual. "Compañías que hagan teatro de entretenimiento para el gran público no hay muchas. Nosotros teníamos unos compañeros de viaje muy buenos: La Cubana, La Fura, Tricicle, Joglars, Comediants...". El panorama actual es muy diferente. "Joglars era una bomba", recuerda Cisquella. "Cuando les vi por primera vez pensé: me encantaría estar en una compañía igual. Y acabé trabajando con ellos. Ahora la gente no quiere ir a una compañía: hacen teatro soñando con un rol protagonista, a poder ser en una serie". El compromiso no es el mismo y aunque a Dagoll Dagom nunca le han faltado intérpretes, "una cosa es participar en una obra y otra implicarte en una compañía con continuidad".

"Ahora la gente no quiere ir a una compañía: sueñan con hacer un rol protagonista, a poder ser en una serie"

— Anna Rosa Cisquella

Abrir camino para el musical en catalán

Las grandes compañías han ido a menos. Están desapareciendo. Perel apunta que el fenónemo no es nuevo. "Cuando llegó la democracia muchos del teatro independiente empezaron a trabajar en despachos, a ser gestores culturales o a entrar en compañías públicas. La compañía Tábano empezó a tener fugas de gente hacia la Compañía Nacional de Teatro Clásico. La gente buscaba la estabilidad". Aunque en Catalunya la mayoría de compañías no duran, recuerdan que también hay algunas notables excepciones como las T de Teatre y La Calòrica.

Si de algo se sienten orgullosos es "de haber subsistido durante medio siglo", dice Cisquella y "de haber creado una estructura muy sólida y de abrir camino para el musical en catalán", añade Bozzo. Periel apunta a otra cosa: "que tanta gente se haya aficionado al teatro con nosotros y que tantos hayan querido meterse en este mundo después de vernos".

Producción de 'Mar i Cel' del 2014.

Producción de 'Mar i Cel' del 2014. / David Ruano

No se esperaban que el anuncio de su despedida generara tantas reacciones. "Algunos nos han llegado a decir que no podemos irnos porque somos patrimonio nacional", dice Periel alucinado. Cisquella encuentra curioso que ahora, en el momento del adiós, noten un cariño especial por parte del público. "¿Sabes eso de las folclóricas, eso de que el público me quiere? Después de tantos años el público nos aprecia. Pero ha llegado el momento de separarnos". Y qué mejor irse con un buen recuerdo tras los últimos dos espectáculos de Dagoll Dagom, 'Maremar' y 'L' Alegria que passa', un giro hacia otro tipo de musical, más 'ad hoc' con el momento, más pequeño y con un lenguaje más moderno. "No tenemos la sensación de ser un 'boomer' defenestrado porque nuestros últimos trabajos han funcionado bien", añade.

De los tres miembros de Dagoll Dagom, Cisquella es la única que seguirá en produciendo espectáculos con la gente quien se ha embarcado en reflotar el ahora llamado Espai Texas. Sus dos compañeros de viaje tampoco desconectarán del todo. Bozzo seguirá apoyando a Enraona Teatre, un proyecto de teatro social y los tres históricos miembros de la compañía seguirán vinculados al mundo del espectáculo a través de la escuela Eòlia y el Poliorama, teatro que gestionan junto a Tricicle y Anexa. Es lo que tiene el veneno del teatro.

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