Es normal que todo lo que tiene que ver con la inteligencia artificial nos cause tanta expectación como recelo. Sabemos que la IA avanza a pasos agigantados porque ya nos van llegando, poco a poco, algunos de esos avances. Pero en realidad lo que estamos viendo es la punta del iceberg.
Más aplicaciones de la IA
Chat GPT o Gemini son IAs generativas que han causado toda una revolución en nuestro mundo pero Google aún quiere ir más allá. La compañía ha estado trabajando en un proyecto de inteligencia artificial que es capaz de detectar enfermedades pulmonares sólo con escuchar a la persona a través de un micrófono.
Este sistema ya está probándose en India para detectar, de manera temprana, enfermedades como la tuberculosis. Algo bastante útil en un país en el que esta enfermedad provoca la muerte de casi un cuarto de millón de personas al año, habitualmente porque el diagnóstico llega demasiado tarde.
En muchas ocasiones, el principal problema por el que estos diagnósticos llegan tarde es la falta de personal y el elevado precio de las máquinas que se utilizan. Por eso, Google y Salcit Technologies, una startup india, se han unido en el desarrollo de un modelo de IA para la detección de síntomas de algunas enfermedades.
Para desarrollar este modelo de IA, Google ha tenido acceso a más de 300 millones de archivos de sonido obtenidos por todo el mundo sin copyright y de manera pública de plataformas como YouTube, además de grabaciones directamente hechas a pacientes de Zambia. El catálogo de sonidos que han recopilado reúne tosidos, estornudos y distintas respiraciones.
Este proyecto se puede, y pretende, poner en uso desde los smartphones. Por eso, una vez que la IA está cargada en un teléfono, es capaz de usar esos datos para detectar cualquier mínima diferencia en la tos que pueden indicar la presencia de una enfermedad o de otra.
Dicen los expertos que el sonido de un tosido puede ser el equivalente a una muestra de sangre en otra práctica, y que sólo hace falta que la persona tosa ante el micrófono del móvil durante 10 segundos para lograr una precisión del 94% en el diagnóstico.
Por supuesto, la ventaja resulta evidente: es un sistema mucho más barato y fácil de transportar que la maquinaria médica. Además, cualquier persona sin formación en medicina podría llevar a cabo una revisión de manera independiente. Pero, por otro lado, este sistema requiere de una conexión a Internet.
La IA no está preparada para ser ejecutada de manera local y requiere además de la capacidad de la nube. También los médicos podrían ser un problema, la aceptación de un sistema con estas características que "reemplace" en ciertas situaciones su presencia, formación y capacidades puede ser algo que cueste llegar a adoptar. Aunque el gran problema es la recopilación de todos estos sonidos que conformen el banco de datos en el que se basa este proyecto.
Imágenes | Samsung, TSA
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