Esta tableta de arcilla con inscripciones cuneiformes en sumerio data de unos 3.500 años atrás y es un importante vestigio de una de las civilizaciones más antiguas de Mesopotamia. Posiblemente fue saqueada del museo iraquí donde se hallaba a raíz de la guerra de 1991, y luego desde Iraq se introdujo clandestinamente en el mercado estadounidense del arte en 2007 hasta que fue decomisada por el Departamento de Justicia de los EE.UU. en 2019.
La devolución de la tableta ha permitido al pueblo iraquí reencontrarse con una página de su historia
La restitución de esta valiosa pieza arqueológica es el resultado de décadas de cooperación entre los Estados Miembros de la UNESCO signatarios de la Convención de 1970, entre los que figuran los Estados Unidos e Iraq. La Convención proporciona a los países un marco legal y práctico para impedir el tráfico ilícito de bienes culturales y garantizar que los objetos recuperados sean devueltos a sus legítimos lugares de procedencia.
Además de esta pieza excepcional, los Estados Unidos facilitaron en julio de 2021 la devolución a Iraq de 17.000 obras de arte que se descubrió que habían sido saqueadas en este país durante las últimas décadas. Tan sólo en 2021, la Unidad de Tráfico de Antigüedades de EE.UU. contribuyó a devolver objetos valiosos a Camboya, Nepal, Pakistán, Sri Lanka y Tailandia.
Todas esas repatriaciones de bienes culturales muestran que los países, la UNESCO y otras organizaciones se están esforzando cada vez más por frenar el tráfico ilícito de antigüedades y restituir los objetos robados. El mercado negro de bienes culturales, que se ha propagado a Internet, sigue alcanzando vastas proporciones y continúa siendo una importante fuente de financiación de grupos terroristas y delictivos.
En octubre de 2021 se celebró en la UNESCO otro feliz acontecimiento: la devolución voluntaria a Guatemala por parte de un coleccionista privado de un fragmento de la Estela 9 del yacimiento arqueológico de Piedras Negras. Robada en el decenio de 1960, esta pieza salió a la luz en una subasta organizada en París (Francia) en 2019.
Algunos Estados Miembros de la UNESCO –Argentina, Australia y la India, por ejemplo– intensificaron en 2021 sus esfuerzos para contrarrestar el tráfico ilícito de bienes culturales adoptando toda una serie de iniciativas, como la realización de campañas informativas y cursos de formación para agentes de policía.
En junio de 2021, la UNESCO prestó asistencia técnica a Jamaica para la organización de un curso práctico de sensibilización al patrimonio cultural destinado principalmente a los organismos encargados del control de fronteras. En noviembre de ese mismo año tuvo lugar un seminario virtual destinado al personal museístico de los países caribeños en el marco del proyecto “Mejorar la cooperación regional en la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales en Latinoamérica y el Caribe”. Esos países están plagados de traficantes de obras de arte precolombinas, religiosas y coloniales, y también de bienes del patrimonio cultural subacuático como pecios de navíos y otros vestigios submarinos históricos.
En 2020, la Convención de la UNESCO sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de bienes culturales cumplió cincuenta años de existencia. Cada vez más influyente, este instrumento normativo internacional ha sido ratificado hasta la fecha por 141 Estados Miembros.