A muchos nos ha pasado que se nos antoja algún proyecto, nos saltamos las trancas y lo empezamos sin ninguna planeación para descubrir a la mitad del camino que es mas complejo, caro y llevara mucho mas tiempo del que pensamos, en este caso pues es nuestra bronca, nuestro dinero y nuestro tiempo y apechugamos.
Cuando esto pasa en el sector público, y pasa muy seguido, pues es un tema, más si ese proyecto prometía solucionar un problema, muchos expertos apostaban a que Dos Bocas estaría funcionando a mediados-finales de 2026, la realidad está apuntando hacia allá, se podrá discutir si esa refinería era o no necesaria, pero de que fue mal planeada pues la evidencia es contundente, la ocurrencia de Rocio Nahle de reciclar el proyecto original de Tula pudo ser una buena idea si se hubiera prospectado la nueva ubicación y se hubieran hecho los ajustes, ¿porque no se hizo? solo ella sabe, una mala apuesta operativa pero muy buena política, ya es gobernadora aun con su fracaso con la refinería.
Según lo que ha investigado el periodista Luis Carriles, desde la concepción de Dos Bocas se puso en el mapa un área de almacenamiento de productos petrolíferos, una herradura de ferrocarril para sacar lo refinado y una planta de cogeneración que le iba a dar a la instalación de Pemex vapor para sus procesos de calor y electricidad. Hasta la fecha ninguna de las dos instalaciones está hecha y puesta en su lugar.
Esto se quedó en el papel porque la decisión de la entonces titular de la Sener, Rocío Nahle, fue dejar que la CFE hiciera el proyecto y la construcción de la central eléctrica para la refinería y que, en algún momento, Pemex Logística lograra financiamiento para la herradura ferrocarrilera. Ninguno de los dos objetivos se cumplieron y ahora no hay nada de esas dos cosas que se necesitan, Hay además dos plantas que estaban en los planos pero no se tiene claro si fueron instaladas: la planta catalítica y la planta coquizadora. Lo que se sabe es que estas dos estructuras fueron pagadas, pero hoy en día no están funcionando. En el mejor de los casos la capacidad real de procesamiento de la refinería en promedio en el segundo semestre del año pasado fue de 40 mil barriles diarios, cuando se supone que estaría haciéndolo con 300 mil, es decir, opera a una octava parte de su capacidad, a pesar de los más de 20 mil millones de dólares invertidos.
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4 mesesCongrats!