Una vez superado el impacto del anuncio de Mass Effect 2 para PlayStation 3, es el momento de analizar la primera aventura del Comandante Shepard en la consola de Sony. Los aficionados roleros de esta plataforma tienen por fin a uno de los referentes del género en su catálogo. La espera ha merecido la pena.
La sorpresa saltaba durante el pasado mes de agosto, en plena conferencia de prensa de Electronic Arts durante la GamesCom de la bávara ciudad de Colonia. Los rumores al respecto habían sido abundantes durante los últimos meses, sin embargo nadie daba particular crédito al debut de una saga en una plataforma con una segunda entrega tan fuertemente relacionada con la primera.
Sin embargo BioWare estaba dispuesta a sorprender a propios y extraños, y Electronic Arts a aumentar su poder de distribución con la franquicia más poderosa del rol actual en el número máximo de plataformas que le son posibles en este momento. Mass Effect se ha convertido por méritos propios en PC y Xbox 360 en una de las grandes IPs que nos ha regalado la Next-Gen, y como tal sus entregas cuentan con profunda expectación entre los aficionados del género al que pertenece, el rol de corte occidental. Dentro de este estilo el original de BioWare y la secuela que nos ocupa son representantes muy claros de todas las virtudes, y en este caso escasos vicios, que atesora el género.
La secuela de las memorables aventuras del comandante Shepard va a ahondar por primera vez en PlayStation 3 en las principales fortalezas que han entronado a las series Mass Effect: A saber, universo de inusual riqueza, personajes carismáticos y complejos, historia profunda y cautivadora y, lo que es mejor, una jugabilidad inusitadamente adictiva y que mezcla con maestría géneros como el shooter y el obvio rol.
Hilando Fino -La Historia-
Como hemos adelantado anteriormente BioWare tenía infinidad de retos ante sí con el desarrollo de Mass Effect 2, aunque posiblemente el mayor de ellos era el de lograr una unidad narrativa en una trilogía de la que los aficionados de PlayStation 3 sólo van a poder disfrutar de los capítulos final e intermedio. Con Microsoft poseyendo los derechos de distribución del original, firmados antes de que Electronic Arts se hiciera con BioWare, resultaba imposible lanzar la primera aventura de Shepard en la consola de Sony, de modo que el equipo canadiense ideó una forma de brindar la aventura a un nuevo público sin dejar su precedente descontextualizado.
En cualquier otra saga no tendría demasiada importancia el contexto, pero en una tan unida a la de todos y cada uno de sus predecesores y a las decisiones tomadas en éstos como la de Mass Effect, resultaba imposible pasar por alto una solución a este problema. ¿Cómo lo han solventado sus responsables? Con la inclusión de un prólogo a modo de cómic in-game que lejos de tenernos como observadores pasivos de los acontecimientos del primer Mass Effect, también nos permite tomar algunas de las decisiones que los aficionados de PC y Xbox 360 ya llevaron a cabo en el original.
Obviamente la esencia de un videojuego de BioWare son los matices, las relaciones entre los personajes y las complejas mitologías de razas, concilios y alianzas que trufan su narrativa. Todo eso se pierde en este rápido prefacio que traza a grandes rasgos un mero esbozo de la complejísima historia del anterior videojuego, pero que hace lo que debe sin abrumar al espectador y permitiéndole una cierta interacción al facilitarle la toma de algunas de las decisiones importantes durante su transcurso. Dilemas de tremenda importancia, puesto que el proceso de importación de personaje y de sus decisiones del original a la segunda parte presente en las ediciones de Xbox 360 y PC está ausente en esta versión de PlayStation 3, pero todas las alternativas por las que optemos darán un aire u otro a la aventura.
Una vez superada esta parte introductoria entramos a formar parte del universo Mass Effect, y aquí descubrimos que resulta muy complicado hablar de lo que supone la secuela en términos argumentales sin revelar spoilers, de modo que vamos tratar el tema de una forma algo superficial para no revelar ningún elemento que pueda estropear la experiencia del lector. Esta decisión puede resultar chocante puesto que quien haya seguido los videos y noticias del desarrollo del videojuego ya estará al corriente de que al comienzo del videojuego hay un impactante giro de acontecimientos revelado por la propia BioWare; nosotros, sin embargo, hemos preferido dejar que sea el usuario quien lo descubra por sí mismo, en lo que resultará una experiencia mucho más satisfactoria.
Así pues, y sin entrar a describir este espectacular comienzo, sí que es importante destacar que ese gancho funciona increíblemente bien a la hora de “atrapar” al jugador, poco menos que obligándole a seguir descubriendo qué hay tras este inesperado giro de acontecimientos que quizá no impacte tanto a los usuarios de PlayStation 3 ante la falta de lazos de empatía con su aquí debutante protagonista. Y es que lo que hay es que los que parecían enemigos son ahora amigos, y que el cambio inesperado de posición de algunas de las facciones de la ausente primera parte tiene como principal atractivo la constante sensación de desconfianza de unos y otros hacia el propio Shepard, con los lógicos recelos también por parte de nuestro héroe hacia sus nuevos aliados.
Algo de la sensación de pertenencia a una estirpe de Espectros de la Alianza se pierde en este Mass Effect 2 de PlayStation 3, sin embargo lo mejor del título continúa siendo la sensación realista de que somos nosotros el auténtico conductor de la narrativa, y no un mero observador que ve cómo le llevan de la mano a través de las algo menos de 20 horas durante las que se prolonga el Modo Historia, netamente incrementables en caso de optar por la exploración y el cumplimiento de la totalidad de misiones secundarias.
Por el camino conoceremos a la seductora Miranda, al misterioso Hombre Ilusorio –inmejorable Martin Sheen-, así como a los también debutantes Mordin Solus, Jack y el largo etcétera de personajes nuevos y veteranos que componen el fantástico collage de caracteres que nos acompañarán a lo largo de la aventura. Ellos son el verdadero motor de la experiencia de juego, y con sus dudas, sus antagónicas personalidades y sus fascinantes historias, se convierten por méritos propios en uno de los más grandes, complejos y, al mismo tiempo, geniales conglomerados de caracteres de la historia reciente de los videojuegos.
Forja de Espectros –Creación del Héroe-
Mass Effect 2 ofrece una experiencia jugable basada únicamente en el off-line, lo que supone que no hay características on-line, y es que incluso la versión de PlayStation 3 opta por simplificar hasta rozar lo inexistente la red Cerberuss de Xbox 360 y PC. ¿Los motivos? Como ya se adelantó en su momento la edición de la consola de Sony trae consigo de forma gratuita los packs de expansión Overlord, Corredor Sombrío y Kasumi: La Memoria Robada. Un punto más a favor del rendimiento coste-vida útil de la versión que nos ocupa.
Con su apuesta por un Modo Historia sólido, profundo y de larga duración, el título del estudio canadiense es, una vez más, la demostración de que Campaña Individual y rejugabilidad no tienen por qué ser elementos opuestos, y demuestra también que el multijugador no es el único método para que un videojuego no acabe cogiendo polvo en un cajón nada más terminarlo. La fortaleza del programa en este sentido reside no sólo en su jugabilidad brutalmente consolidada en la fusión de géneros, sino también en el empuje que a la hora de volver a sumirse en su mundo supone el contar con oportunidades tan diferentes de superarlo una y otra vez.
Esto se consigue con varios elementos. El primero de ellos es un fantástico gestor de personalización del héroe. Con él no sólo podremos escoger el sexo, la clase o el contexto del personaje, sino que también podemos definir una vez más su aspecto físico con razonable precisión. Este elemento fue en las versiones de Xbox 360 y PC uno de los que esperábamos con interés puesto que pensábamos que sus creadores reformarían de una forma u otra la herramienta, sin embargo los cambios son escasos, y en algunos factores incluso hemos ido hacia atrás.
Obviamente el usuario de PlayStation 3 no notará las ausencias, pero los que disfrutaran del original en alguno de los otros dos formatos si percibirán determinados conceptos en los que ha habido recortes, la variedad de cicatrices o peinados, por ejemplo; sin embargo son pegas escasas ante la moderada importancia del tema. Siempre es interesante definir el aspecto de nuestro héroe o heroína, sin embargo la variedad de alternativas sigue siendo respetable, y sin duda es una deficiencia que palidece ante la calidad desmesurada del resto de elementos de la personalización.
Por lo que respecta a la elección de la clase para nuestro personaje, hay seis a escoger, y daremos una minúscula reseña de todas ellas. Los Soldado son operativos de alto nivel pertrechados con procesadores oculares que les permiten apuntar con gran precisión. Infiltrado, por su parte, supone contar con un sistema de camuflaje para pasar desapercibidos durante unos instantes, disfrutando de este modo de una ventaja táctica muy seria. Por otro lado los Vanguardia tienen a su disposición implantes con carga biótica para usarlos como golpeo contra sus oponentes. Los Centinela tienen un sistema de blindaje muy avanzado, con una sobrecarga defensiva que dañará a los enemigos cercanos. En otro orden de cosas los Adepto generan microsingularidad que lanza a sus enemigos por los aires y, por último, los Ingeniero pueden desplegar drones de combate para hostigar a los enemigos o hacer que abandonen sus coberturas.
Lógicamente cada una de estas variantes cuentan con sus poderes de combate muy diferentes entre sí, con lo cual la opción de escoger unos u otros hace variar las tácticas de combate de forma muy importante. Disparando, insistimos, el factor rejugable conjuntamente con los diferentes caminos y alternativas que también están disponibles.
Héroes del Espacio –Componente Rolero-
En primer lugar cabe mencionar que el videojuego vuelve a optar por la mezcolanza de géneros que ofreció su predecesor en PC y Xbox 360, con una síntesis de RPG, acción y exploración francamente atractiva para cualquier usuario. Por lo que respecta al rol el videojuego vuelve a apostar por un estilo muy orientado a ofrecer complejidad desde un punto de vista sencillo, es decir que Mass Effect 2 trata de ser profundo sin caer en lo innecesariamente complicado.
En lo tocante a la progresión del personaje el sistema es tremendamente intuitivo. Obtenemos puntos de experiencia por el cumplimiento de misiones, puntos que podemos destinar a mejorar nuestras diferentes habilidades ya sea por medio del acceso a los personajes en el menú al que se accede pulsando el botón Start del pad, o con el que aparece de forma automática al inicio de cada misión nada más bajar de la Normandía. Por otra parte, sino nos interesan estas cuestiones podemos activar la subida de nivel automática para que el propio videojuego se ocupe de gestionarlas. Este tipo de parámetros estarán bajo nuestro control, o de la IA, tanto en lo que respecta a Shepard como a nuestros acompañantes.
Por otra parte, siguiendo con el componente rolero, aunque ahora focalizándolo en los encargos, el videojuego se divide una vez más en Misiones y Tareas. Las primeras son las que mueven de verdad el arco argumental, y las que cuentan con mayor duración e interés. Las Tareas, por su parte, son algo más modestas en todos los sentidos, y suelen tener más que ver con el afán explorador del jugador a la hora de encontrar, abordar y superar estas misiones secundarias que en esta ocasión van más al grano, obviando los rodeos a través de planetas desérticos que recorrer.
Lo mejor de todas ellas, principales y secundarias, y lo que hace realmente grande a Mass Effect 2, es la trabajadísima sensación de que todo lo que hacemos importa en este universo. Cada decisión que tomemos repercutirá sobre lo que nos rodea de formas, en ocasiones, impredecibles, y a menudo descubriremos que no hay un buen o un mal camino para resolver todas las situaciones, a pesar de que el marcador de Virtud-Rebeldía que irá ganando puntos en una u otra dirección con nuestras decisiones pueda parecer una contradicción en este sentido.
El último de los factores netamente roleros del videojuego hace referencia a los diálogos, un aspecto de enorme fuerza en el universo Mass Effect. Los que no disfruten del pausado ritmo del que el videojuego hace gala en ocasiones puede que no encuentren al título de su agrado, y es que pasaremos mucho tiempo hablando. Sin embargo la calidad de la representación visual de los rostros y expresiones, unido a las complejas ramas de diálogo, y a lo apasionante de las conversaciones hacen de este factor un aspecto ineludible.
Con ánimo de dotar de algo más de dinamismo a estas partes hay acciones contextuales, que nos obligarán a que en las situaciones límite debamos estar al tanto de todo. Si, por ejemplo, nos encontramos hablando con un hombre que puede suponer una amenaza, quizá en un momento determinado un indicador aparezca en pantalla para informarnos de que podemos resolver el encuentro con una acción contextual. En PlayStation 3 si nos emplazan a tirar del gatillo izquierdo –sólo durante unos segundos, hay que ser rápido o perderemos la oportunidad-, la acción rápida nos deparará puntos de virtud seguramente con algún tipo de acto conciliador, mientras que si es el gatillo derecho el que se nos propone apretar seguramente será alguna resolución violenta o agresiva, puesto que tendrán como premio puntos de rebeldía.
Chaparrón de Plomo –Acción-
Por lo que respecta a los combates, Mass Effect 2 funciona de la misma manera en la que podríamos decir que estaba planteado el fantástico Dragon Age también de PlayStation 3 en cuanto a la relación con nuestros acompañantes, aunque aquí basado lógicamente en la cómoda representación del primer Mass Effect y con acción con armamento automático. ¿Qué significa esto? Que las secuencias de acción son principalmente como las de un shooter en tercera persona con coberturas, sólo que con un conjunto aderezado con accesos directos a los menús radiales de poderes y armas con los botones L1 y R1 del pad, y con la cruceta para facilitar instrucciones de movimiento a nuestros dos acompañantes (el número obligado).
Si ya en Xbox 360 y en PC hablábamos de un proceso tremendamente sencillo, en PlayStation 3 las conclusiones serán las mismas. La opción de mapear el poder que queramos a un botón rápido resultará especialmente útil para no tener que abrir constantemente el menú radial, a pesar de que la acción se pause con éstos y no perdamos el tiempo. Por lo demás, y como acabamos de comentar, el programa basa su fortaleza en el empleo de coberturas, acciones que llevamos a cabo cómodamente a la hora de pegar nuestra espalda o separarla a éstas.
Hay un formidable catálogo de armas, sí, especialmente teniendo en cuenta que esta versión trae consigo también las expansiones y sus inolvidables contribuciones al arsenal. Además los enemigos son moderadamente inteligentes a la hora de tratar de flanquearnos, especialmente en los niveles de dificultad más altos, aunque generalmente siguen estáticos en sus posiciones a no ser que protagonicen secuencias de acción en las que su obligación sea la de tomar posiciones que defendamos. El aficionado que debute en las series no notará el salto, pero en título que nos ocupa uno de sus mayores reclamos a nivel de combate fue un elemento puramente tecnológico, con un procedimiento para los impactos enemigos y una mejora de sus físicas al recibirlos muy superior al del original.
Por lo que respecta a las clases, éstas ofrecen las ya mencionadas formas de resolver las situaciones según optemos por unas u otras que se deducen de su descripción al escogerlas. De las seis clases que trae consigo el juego, la de Vanguardia nos ha parecido con sensible diferencia la más poderosa por la fortaleza de sus ataques y las rápidas recargas de éstos, con la habilidad Incendiaria y de Carga como dos auténticas bombas de relojería a su servicio.
El diseño de los escenarios también contribuye seriamente a lograr una experiencia de combate variada y diversa. Es fácil en un título de estas características el caer en escenarios ciertamente derivativos, con diseños muy similares que no fomenten en demasía la variedad de los combates. En el juego, sin embargo, el mapeado es mucho más efectivo en todos los sentidos, logrando de forma fantástica ampliar nuestras alternativas. Es lo maravilloso que tiene BioWare como estudio de desarrollo, que a pesar de crear un videojuego de rol con un trasfondo complejísimo, no duda en profundizar al máximo en dinámicas jugables tradicionalmente desatendidas por el género como las secuencias de acción.
A esto se une el pivote de control sobre nuestro equipo con el que contamos a nuestras espaldas al poder impartir órdenes a nuestros dos acompañantes de forma individualizada. Esto significa que podemos repartir mandatos de atacar a nuestros aliados por separado, empleando para ello la cruceta y asignando las órdenes apuntando en la dirección deseada y accionando el lado derecho o izquierdo de ésta en función de para cuál de los dos co-protagonistas sea la instrucción.
Al final de cada misión, por último, accederemos a un cómodo y claro panel de informaciones llamado Informe, que nos revelará los objetos recogidos en el transcurso de ésta, así como el arsenal nuevo incorporado, la cantidad de puntos de experiencia obtenidos, etcétera.
Detectives del Siglo XXII –Exploración-
Si bien nos hemos deshecho en elogios hacia todo lo que tiene que ver con el corte de rol y de acción de Mass Effect 2 en esta versión de PlayStation 3, lo cierto es que en lo que se refiere a la exploración el título brilla con idéntico y cautivador fulgor, aunque es posible que deje un sabor agridulce a los que disfrutaron de la primera entrega debido a algunos ligeros cambios que gustarán a unos y que quizá decepcionen a otros. No entraremos a detallarlos puesto que consideramos que suficiente atención se les prestó en los análisis de este mismo videojuego en sus versiones de PC y Xbox 360, aunque sí tocaremos por encima algunos de sus elementos.
En primer lugar hay que destacar que si por algo destacó la primera parte era se ha fulminado de un plumazo los viajes con el Mako, dejándonos sin la posibilidad de explorar físicamente los planetas que tanto irritó a unos y tanto gustó a otros en el original de 2007 y que reduce a su secuela a un lineal camino del punto A al B. En el primer Mass Effect recorríamos la práctica totalidad de los planetas con el vehículo, perdiéndonos por sus montañas y explorándolos en busca de nuevas aventuras, puntos de minería o diferentes misterios. Esta opción alegró a los que deseaban explorar al límite en las galaxias del videojuego, aunque no fue del agrado de todo el mundo puesto que algunos la consideraron torpe y aburrida por la franca desertización de los planetas.
El sustituto ha sido el lanzamiento de sondas a los planetas, que nos propone la compra de estos dispositivos en los comercios espaciales con la intención de lanzarlos en la recolección de los cuatro tipos de minerales que pueden cosecharse en el videojuego, y que aparecen representados con un diagrama. En la versión de compatibles y de la consola de Microsoft el procedimiento resultaba algo lento, con un movimiento del escáner ciertamente insuficiente para mantener el ritmo del resto del juego. BioWare ha tomado nota de las quejas de los aficionados y ha acelerado severamente todo el proceso, permitiendo un manejo mucho más fluido del programa de estudio.
Por último debemos mencionar que en las tiendas de cada sistema no sólo adquirimos sondas, sino que también debemos comprar el combustible para la Normandía, que ahora sí parece tener importancia. En Mass Effect 2 nos desplazamos por la galaxia pilotando la propia nave a través del minimapa con una serie de cálculos energéticos de los que deberemos estar pendientes para recargar carburante cuando sea necesario. Si lo agotamos comenzaremos a consumir los recursos de minerales que tanto esfuerzo nos habrá costado conseguir, de modo que será primordial prestar mucha atención a este factor.
Conflicto en los Confines del Mundo –Gráficos y Tecnología-
Mass Effect fue, en el año 2007, un videojuego que gráficamente se contaba entre los más punteros del momento, especialmente por lo tocante al retrato gráfico de los rostros de los protagonistas, que no sólo resultaba el motor de la narrativa por la abundancia de estas escenas, sino que además reflejaba un trabajo inusitadamente bueno. La segunda parte siguió la misma línea en PC y Xbox 360 el año pasado, aunque cabe destacar que quizá el avance que experimentó la secuela no fue el esperado para haber transcurrido dos años entre los dos lanzamientos. La edición de PlayStation 3 de este Mass Effect 2, con un año de retraso es como resulta obvio la superior en la equiparación de las tres versiones, aunque teniendo en cuenta el tiempo transcurrido debe conservar la misma nota de la de compatibles; de igual modo entraremos a detallarlo más adelante.
Es imposible no comenzar hablando de la estética de Mass Effect 2 sin mencionar los rostros de los personajes. El videojuego ahonda en los primeros planos para las secuencias cinemáticas y las charlas, y dada la importancia que tiene todo el elemento conversacional en cualquier videojuego de BioWare, todos ellos gozan de un nivel fantástico a pesar de estar renderizados con el motor del propio programa.
Sus animaciones faciales son fantásticas, las expresiones muy buenas, el diseño de los alienígenas cuidadísimo y muy original, y la sincronía labial impecable. Sin embargo no todo en los personajes brilla a la misma altura, y es que a pesar de que las conclusiones que se pueden extrapolar de los cuerpos van en la misma línea en cuanto a texturas y carga poligonal, lo cierto es que las animaciones de nuestros compañeros en general y de nuestro protagonista en algunos casos particulares son ciertamente ortopédicas también en esta versión de PlayStation 3.
En cuanto a los tiempos de carga, la versión de Xbox 360 del año pasado los tenía en abundancia y tremendamente largos, como sustitución a los viajes en ascensor del primer Mass Effect. Ya abandonemos la Normandía o sencillamente recarguemos una partida tras morir nos enfrentamos a secuencias de carga igual de sorprendentemente largos que en la edición de la consola de Microsoft, y de forma idéntica sin nada que mirar durante ellas salvo diagramas en movimiento de los motores de la nave.
También en la faceta tecnológica destaca el hecho comparativo y lógico de que el formato Blu-ray de PlayStation 3 permite que todos los datos del juego, incluidas expansiones, quepan en un sólo disco, contrastando por ejemplo con la edición de Xbox 360 que requería de dos soportes ópticos a intercambiar hacia la mitad de la campaña individual.
Por otra parte, la IA de los enemigos en ocasiones peca de llevar a cabo maniobras verdaderamente suicidas, pero lo peor son algunos ocasionales problemas con la IA aliada y su trazado de rutas, que puede llevarles a rezagarse y no cruzar a tiempo alguna puerta que se cierra a nuestra espalda, o incluso a llevar a cabo desconcertantes itinerarios para cumplir nuestras ordenes, torpes maniobras que pueden llegar a acabar con sus vidas por exponerse innecesariamente al fuego enemigo.
En definitiva la edición de la consola de Sony tiene algunas inconsistencias menores en cuanto a la comparación con el resto en lo tocante a los tiempos de carga, que esperábamos que se hubieran acortado, y en cambio un buen puñado de mejoras visuales que la encumbran junto a la de compatibles como la versión más recomendable de Mass Effect 2. Las texturas presentan un aspecto más definido en esta versión, todo tiene un look nítido y cuidado y las secuencias cinemáticas están un peldaño por encima.
Por lo que respecta al sonido la banda sonora es sensacional, muy innovadora, original e inspirada, los efectos cumplen con mucha calidad y el doblaje en inglés –el videojuego llega a España con la única traducción de sus textos- es sencillamente soberbio. Mención especial para Martin Sheen como el misterioso Hombre Ilusorio: sensacional.
El año de espera ha merecido la pena. El Comandante Shepard y toda la tripulación de la Normandía desembarcan en PlayStation 3 con la intención de extender su reinado espacial también en la consola de Sony. La presencia de todos los contenidos descargables incluidos en el embalaje, y las mejoras visuales garantizan una edición de Mass Effect 2 a la altura de lo que una saga como esta merece.
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