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El aula invisible: Por qué los datos son esenciales para la solución de la crisis del aprendizaje

A pesar de los progresos realizados en los últimos años, sigue habiendo importantes lagunas en los datos sobre la educación en todo el mundo. Dado que aún se desconoce el nivel de aprendizaje de más de 500 millones de niños, la necesidad de disponer de datos precisos y exhaustivos sobre la educación es más urgente que nunca.
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En febrero de 2024, la UNESCO organizó en la Sede de París su primera Conferencia Mundial sobre Datos y Estadísticas de Educación. Durante su intervención, Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO, subrayó la urgente necesidad de encontrar nuevas fuentes de recopilación de datos y métodos innovadores para colmar las lagunas existentes. Destacó tres puntos clave.

Por qué los datos son importantes

Cada vez se reconoce más que los datos y las estadísticas son fundamentales para lograr la consecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Los datos proporcionan una imagen clara e informan nuestro plan de acción para alcanzar todas las metas de los ODS. Esto incluye la consecución del ODS 4, que aspira a una educación inclusiva, equitativa y de calidad y a oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.

Hoy en día, se dispone de más y mejores datos sobre cuestiones relativas a si los niños están escolarizados o no, a cuántos docentes se necesitan, a si las escuelas están conectadas a Internet y acerca del déficit de financiación de la educación. Estos datos orientan las decisiones políticas, el discurso mundial y las prioridades de los donantes.

Los datos también desempeñan un papel esencial en la mejora de los rendimientos educativos al apoyar la planificación, dar seguimiento a los avances y en la evaluación de las políticas.

En el seguimiento de la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, es necesario determinar dónde está ocurriendo la transformación, cómo y qué resultados arroja. Por ejemplo, los nuevos indicadores de referencia sobre la ecologización de la educación, la conectividad en las escuelas y la participación de los jóvenes son avances importantes en el seguimiento de la Cumbre.

La educación no se imparte en el vacío

El aprendizaje tiene lugar en las comunidades y se ve afectado por una amplia gama de factores, por lo que necesitamos un enfoque interseccional e intersectorial. Los datos sobre los vínculos entre educación, salud y nutrición ilustran este aspecto. Se ha comprobado que las comidas en las escuelas aumentan las tasas de matriculación en un 9%, lo que conlleva a realizar inversiones en programas de alimentación escolar y a que los educandos obtengan mejores rendimientos.

Otro ejemplo son las repercusiones que tuvo el cierre de las escuelas durante la pandemia de COVID-19 en las pérdidas de aprendizaje y en la salud mental de los educandos, que impulsaron los esfuerzos de promoción de la Coalición Mundial para la Educación de la UNESCO durante la pandemia. A la hora de recopilar datos, debemos tener en cuenta la perspectiva del aprendizaje para toda la vida en todos los niveles educativos, desde la educación y la atención a la primera infancia hasta la enseñanza preescolar y secundaria, y en diversos entornos de aprendizaje, como los lugares de trabajo, las comunidades y la enseñanza en línea.

Durante los últimos años se han conseguido notables avances gracias a la comunidad mundial de estadísticos del sector educativo, que cuenta con el apoyo del Instituto de Estadística de la UNESCO, nuestra fuente oficial de obtención de datos sobre la educación. Desgraciadamente, a pesar de estos avances, aún nos confrontamos a importantes lagunas en materia de datos. Un aula invisible mundial de más de 500 millones de niños ha quedado al margen de las evaluaciones del aprendizaje. Incluso cuando se dispone de datos, a menudo estos están desfasados, fragmentados e incompletos. Queda mucho trabajo por hacer para colmar estas lagunas. Esta conferencia mundial supone un paso importante en este proceso de mejora de los datos y las estadísticas sobre educación con miras a mejorar las políticas.

Reforzar el vínculo entre los datos y las políticas

Existe una necesidad acuciante de reforzar el vínculo entre datos y política creando una “cultura de los datos”. ¿Cómo crear una cultura de los datos? En primer lugar, debemos garantizar que los encargados de la formulación de políticas puedan acceder a los datos. Los líderes del ámbito de la educación necesitan lo que puede describirse como un “tablero faltante”, que contenga datos básicos, transversales e intersectoriales sobre educación que puedan utilizarse para la toma de decisiones basada en pruebas fehacientes.

La UNESCO invierte precisamente en un tipo de herramientas entre las que figuran: los tableros de control para el ODS 4 y el Tablero de Control de los Compromisos y las Acciones de los Países para Transformar la Educación. Durante la Conferencia, la UNESCO presentó el Tablero de control para el ODS 4, una herramienta elaborada por el Instituto de Estadística de la UNESCO y el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM) para dar seguimiento e informar sobre los avances en la consecución del ODS 4.

Una “cultura de los datos” también se caracteriza por los principios de transparencia, colaboración, participación y apertura. A escala internacional, esto requiere una comunidad mundial de prácticas que defina y acuerde conceptos, definiciones, normas y metodologías.

La agenda de datos sobre la educación es una agenda global para el bien común, y necesitamos que todos los países contribuyan. Como en todos los ámbitos, transformar los datos en acciones políticas requiere capacidad, voluntad política e inversión.

Sabemos que son los países quienes están en mejor posición para supervisar la calidad de sus sistemas educativos, y por eso la UNESCO invierte en el desarrollo de capacidades. Invertir en la recopilación de datos también proporciona dividendos significativos. Según las estimaciones de la Alianza Mundial para los Datos sobre el Desarrollo Sostenible por cada dólar invertido en el reforzamiento de los sistemas de datos de los países de ingresos bajo y mediano se obtiene un rendimiento promedio de 32 dólares.

El futuro de los datos

Es hora de modernizar nuestros métodos con las nuevas tecnologías. Tenemos que ir más allá de las encuestas tradicionales y utilizar nuevos tipos y fuentes de datos, sacando provecho de la inteligencia artificial y del análisis de los datos. Las nuevas tecnologías como la IA están revolucionando la manera en que accedemos a los datos, los analizamos y los compartimos, con importantes repercusiones para el futuro del conocimiento, la educación y el aprendizaje.

Hemos sido testigos del surgimiento de interesantes ejemplos de sistemas educativos e instituciones de todo el mundo que aplican la tecnología en apoyo del aprendizaje personalizado, las evaluaciones y las admisiones, o incluso para determinar el camino más seguro para construir una escuela, como hizo Indonesia con datos geoespaciales.

La UNESCO también estudia cómo sacar provecho del potencial de la tecnología para el análisis de datos y desarrolla un nuevo modelo experimental de gran lenguaje vinculado a la base de datos ODS 4 recopilados por el IEU con un chatbot interactivo para extraer análisis de datos, gráficos, cifras y responder a las necesidades de los usuarios y los responsables de la toma de decisiones. Este databot, desarrollado por el IEU, será el primer “bot” del mundo construido mediante datos de seguimiento de la educación.

Pero, como con todo lo nuevo, también debemos ser cautos y tener en cuenta los costes técnicos, éticos y medioambientales. Las mismas tecnologías de IA que pueden aprovecharse para el aprendizaje también plantean problemas de privacidad y seguridad.

Esto impulsa el trabajo de la UNESCO para dirigir la tecnología en la educación en nuestros términos, que consiste en acciones en favor de la inclusión, la equidad, la calidad y la accesibilidad.