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dijous, de gener 01, 2009

LISTA DE LIBROS LEÍDOS EN 2008 (y 3)

Venga. Antes de que me sumerja este mes en un nuevo periodo de letargo, va siendo hora de concluir esta lista de los libros leídos durante el año pasado. Por fin les toca el turno a los acabados y/o leídos en la recta final, en los meses de noviembre y diciembre:

20. Tres ensayos sobre teoría sexual. Sigmund Freud, 1905. [Diario El País. Madrid: 2002]. Empecé este estudio de Freud siguiendo con mis lecturas de ciencia ficción (si no consideráis el sexo como uno de los temas dentro del género de la ciencia ficción podéis teneros por afortunados). Hace un siglo, Freud describía la homosexualidad como una desviación y la incluía en el grupo de las aberraciones sexuales. Si bien puede afirmarse todavía que la homosexualidad no es demasiado útil desde el punto de vista de la procreación, tampoco lo son ni la castidad ni el celibato que predican algunos de los que la atacan hoy en día. Dejando a un lado este tema, el texto de Freud intenta explicar que todos contamos con alguna perversión y, sobre todo, que la sexualidad está latente en nosotros desde la infancia. Más me ha sorprendido la afirmación que ofrece en algún lugar sobre que las mujeres se sienten atraídas por los hombres, así en general. Según tenía entendido, y me han demostrado cerca de tres décadas de experiencia vital, las mujeres se sienten atraídas por los otros hombres. Creo que aquí a Freud se le fue la mano al aventurar esa generalización. Lástima que no viviera medio siglo más para estudiar mi caso y refutarse a sí mismo.

21. El hechicero. Vladimir Nabokov, 1939. [Anagrama. Barcelona: 1994]. Leí Lolita a finales de 2006, y un par de meses después encontré en oferta (¡2 euros!) en un quiosco este nuevo libro del autor. El hechicero es una novela muy cortita que Nabokov escribió todavía en ruso en París, antes de huir hacia Estados Unidos, donde escribió Lolita en inglés. El nexo entre ambas historias es evidente, en tanto la primera supone un primer tratamiento de su novela más famosa: el protagonista masculino se casa con una mujer para estar cerca de su hija. A mí me ha gustado, por lo que supone de curiosidad y, sobre todo, por esas descripciones metafóricas en las que narra una acción de la forma más enigmática posible.

22. La dolçaina: un instrument d'ahir, ...i d'avui. Paloma Mora Goterris, 2002. [Vila-real]. Yo no tengo ni idea de música, pero el destino y las compañías han querido que me acabe encargando de un trabajo sobre la dulzaina, del que daré pública y debida cuenta cuando esté más avanzado. Su autora fue muy amable obsequiándonos con una copia de su libro cuando la entrevistamos en octubre, material que ya he leído como parte del proceso de documentación.

23. Tratado de ateología. Física de la metafísica. Michel Onfray, 2005. [Anagrama. Barcelona: 2006]. Por el bien de toda la humanidad, es necesario que cada vez mayor número de gente se dé cuenta de lo mentirosas, perversas y destructivas que son las religiones. Toda esa tontería de dios ha sido una mala ocurrencia de resultados nefastos. Este ensayo de Onfray se encarga de reflexionar más en detalle sobre el asunto.

24. Terror en la Luna. Juan José Benítez, 1982. [Planeta DeAgostini. Barcelona: 2002]. Encontré este volumen por casa y estoy seguro de no haberlo comprado yo. Recuerdo que iba acompañado de la primera parte de Caballo de Troya, dividida en dos volúmenes, en lo que parece un coleccionable de quiosco que editaba la obra de este autor. Esto tiene toda la pinta de ser cosa de mi madre, porque mi padre es enemigo de estos temas; él se burla abiertamente, demostrando más bien tanto ignorancia como una falta absoluta de curiosidad. A mí me llaman la atención, aunque desconozco los motivos por los que mi madre adquiriría estos libros más que para relegarlos a un oscuro rincón de una estantería (esta mañana he encontrado otro en el mismo agujero, Mis enigmas favoritos, del que no tenía constancia). A lo que iba: Terror en la Luna es una recopilación de supuestos avistamientos ovni por todo el mundo entre 1965 y 1974. Las fotografías que ilustran los relatos son tan malas que necesitan de mucha fe para creerse la mayoría de los casos. Unos pocos, sin embargo, me dejan con la duda y con ganas de más. Como es imposible que haya tanto bromista organizado, extraigo como mínimo una conclusión: mucha gente ha visto algo. Decir que son extraterrestres me parece un salto demasiado forzado: en una era tan militarizada como la nuestra es mucho más probable que se trate naves humanas. Si tuviera que elegir una explicación fantástica, me quedaría, más que con los alienígenas, con que esas naves pertenecen a una raza que habita el interior de la Tierra o el fondo del mar, para la cual un ambiente aéreo es tan nocivo como para nosotros el agua, y que nos exploran igual que nosotros enviamos submarinos, batiscafos y cámaras a las profundidades oceánicas. Siendo un fan de Expediente X y de la literatura conspiranoica, era cuestión de tiempo que me iniciara en el fenómeno ovni.

25. Moby Dick. Herman Melville, 1851. [Diario El País. Madrid: 2004]. Alucinante. Mi interés por esta novela nació a través de sus referencias en la cultura popular, sobre todo en Expediente X (otra vez), y de forma más decidida después de ver la versión de John Huston hace poco más de dos años. Entendí que la historia narrada en la película era bastante herética, pero no me esperaba que el libro original fuera tan sacrílego. Una gozada. A ojo, Melville dedica sólo la mitad del libro a narrar las peripecias de Ismael y el resto de la tripulación a bordo del Pequod; destina la otra mitad a describir todo lo concerniente al trabajo en un barco ballenero, de forma que más que como una obra de ficción, funciona asimismo como un tratado de la pesca de la ballena tal y como se realizaba a mediados del siglo XIX. El resultado es tan didáctico que conviene guardar el texto por si nos vemos obligados a retomar algunas prácticas en las décadas o siglos venideros.

26. De los delitos y de las penas. Cesare Beccaria, 1763-64. [Alianza Editorial / Biblioteca de El Sol. Madrid: 1991]. El Marqués de Beccaria es uno de los autores que se estudian en Derecho Penal, precisamente por haber escrito este librito. Lo conseguí hace seis años en el mercadillo benéfico que a veces organizan por navidad en la Escuela Oficial, y por fin me he decidido a leerlo. Tiene párrafos en los que uno no sabe a qué se está refiriendo, pero en general es un texto de lo más sensato: abolición casi absoluta de la pena de muerte, prohibición de la tortura, equivalencia entre delitos y penas y el deseo de que la prisión sea vista más como problema que como solución. Dos siglos y medio después, sus propuestas esperan ser cumplidas.

Eso es todo. Por poco más de sesenta páginas no ha entrado también Failed States, uno de los últimos títulos de Chomsky, que ya formará parte del registro de este año que empieza.

Sin más, feliz año nuevo a casi todo el mundo y hasta pronto.

dilluns, de juliol 14, 2008

META-PORTADAS (5)

Tal vez hoy, con la portada de la cuarta parte de Radioactive Man #160, nos despidamos del Hombre Radiactivo, pero seguro que tenemos para unas cuantas entregas más sólo con los homenajes que el arte de Jim Steranko ha recibido tanto desde Bongo Comics como desde otras editoriales (incluso podría iniciar una sub-sección dedicada a las composiciones de página de Steranko recreadas por otros autores).

En esta última entrega, el Hombre Radiactivo acude al rescate de sus amigos del Escuadrón Superior, prisioneros de Madam Eczema. Por supuesto, los héroes vencen y todo termina bien, incluso el conflicto alrededor del alter ego del protagonista, gracias a la intervención del ditkiano (o ditkoesque) Plasta el Místico, quien se caracteriza como Claude Kane III para que la reportera Gloria Grand no pueda sumar dos y dos y desaparezcan así las dudas que albergaba respecto de la identidad secreta del superhéroe.

La resolución a «La heroica vida y la mortificante muerte de El Hombre Radiactivo» apareció publicada en el reverso de Simpsons Comics #39 (octubre 1998), con una ilustración de portada a cargo del trío Groening, Morrison y Kane:

Los cuales reincidieron en su profunda admiración por Steranko dibujando una particular versión de la primera portada de Nick Fury, Agent of SHIELD (junio 1968):

Nick Fury no nació con esta serie, sino que llevaba ya unos cuantos años en Marvel, pero sí supuso su independencia tras Howling Commandos y su paso por Strange Tales.

El «Sock it to me» escrito en uno de los cubos de Radioactive Man #160 está muy bien pillado. Es tanto una respuesta al «Who is Scorpio» de la portada de Nick Fury como una referencia a la época en la que supuestamente salió este tebeo del Hombre Radiactivo (mayo 1968). «Sock it to me» es una frase repetida por el coro de chicas en Respect, canción escrita por Otis Redding y reformada e inmortalizada por Aretha Franklin en 1967. Significa algo así como «decir algo sin rodeos», «dámelo» o «dímelo»; se supone que tiene alguna connotación sexual, pero servidor de eso ni idea.

La frase no aparece en todas las versiones que he encontrado. Tampoco en ésta, pero me gustaba. El «Sock it to me» debería ir justo después del deletreo (R-E-S-P-E-C-T), hacia 1'45'':



dilluns, de juny 02, 2008

RECORDANDO EL HATCH

Lo siguiente puede ser un AGUADOR o no, depende de hasta dónde hayas visto de Lost.

Cuando empecé a ver Lost, hace dos años, ésta fue la escena que me ganó para siempre:



Es la obertura de la segunda temporada, cuando Desmond Hume (Henry Ian Cusick) despierta en el Hatch (la estación The Swan) e inicia sus rituales de cada mañana. Es magnífico ver cómo la aparente normalidad, reforzada por la canción Make Your Own Kind of Music, se quiebra en el instante en el que Desmond se inyecta el vial y suena la explosión de la compuerta. A partir de ahí, el uniforme de Dharma, las botas, las armas y... los espejos.

Esta escena no es sólo un excelente inicio de temporada. Supuso la transformación definitiva de una serie sobre las aventuras de unos supervivientes a un accidente de avión en una extraña isla en otra serie distinta. Desmond nos introdujo en el reverso de la isla en una época en la que no sabíamos NADA de lo que iba a venir. Desde entonces los guionistas han imaginado un puñado de momentos impactantes referentes a la isla (como el último que vi anoche), pero para mí ninguno iguala aquella primera sorpresa que lo cambió todo.

dilluns, de maig 26, 2008

DOSCIENTOS UNO

En compensación por los últimos textos, inauguro el camino hacia la tercera centuria (¿llegará?) con un vídeo que le vi hace meses a absence y que me quedé con las ganas de poner por aquí:



Ella es Tracey Ullman. No sé si el «sonido Blondie» existe, pero me encanta.

dijous, d’abril 03, 2008

LARGA VIDA A LOS CÓMICOS JUDÍOS

Anoche leí en la sección de Álex Faúndez «Hollywood Babilonia» de la Imágenes de este mes la información sobre un vídeo que parece estar triunfando en los EEUU.

Lo protagoniza la humorista Sarah Silverman, emparejada desde hace años con Jimmy Kimmel, presentador que compite con otros programas nocturnos más famosos como son los de David Letterman o Jay Leno.

No conocía a ninguno de los dos hasta ayer, por supuesto. Por lo visto en el youtube, ella se ha especializado en canciones cómicas, además de su carrera como stand-up comedian. Es fantástica.

El vídeo en cuestión:



Es sólo la punta del iceberg. Hay más. Algunos son mejores. Sarah Silverman, junto con Sacha Baron Cohen, ambos de familias judías, son la esperanza para el humor de este siglo.

Qué grandes que son.

dijous, de març 13, 2008

«¡VENGA ESAS PALMAS!»

Cuán importante es recuperar la sonrisa después del mal trago que han supuesto los resultados electorales por esta zona dejada de la mano de Crom. Qué mejor manera para ello que un vídeo que vi el lunes en el blog de Absence y que es tan descacharrante que una fuerza superior a mí me impele a enlazarlo sin que lo pueda remediar. Antes de que pase de moda este señor, añado.

divendres, de gener 25, 2008

CAMINO DEL DESGUACE

El fin de semana pasado me grabé un nuevo cd de música para escuchar en el coche. No lo uso más que una vez o dos por semana, casi siempre en fin de semana, pero los transportados empezaban a reclamar un poco más de variedad que no fuera Nena, el Doolittle de los Pixies o un curso de checo de Pimsleur. Así, meses después de haber concebido la idea, confeccioné una nueva selección: siete LPs de los Beach Boys anteriores a 1967 y cincuenta canciones de ChuckBerry, amén de un recopilatorio de Kraftwerk y el Surfer Rosa.

Mientras le daba al nero, volví a pensar en el acto mismo de escuchar música en el coche. De escuchar fragmentos sonoros del pasado (en ocasiones, voces de muertos) mientras conduzco un vehículo impulsado con combustibles fósiles. Es un estilo de vida con los años contados. Cuando llevo a mi abuela en coche, no hay vez que no pronuncie una frase parecida: «Hay que ver la de coches que hay. Las dos hileras llenas». Ella nació en un mundo sin coches, y yo espero morir en un mundo sin coches.

Este año se cumplirá el centenario del Modelo T de Ford. Porque, aunque nos parezca increíble, los coches no siempre han estado ahí. Y llegará el día en que desaparezcan, por el bien de la humanidad. El transporte individual motorizado es el pasado, no el futuro. Claro que todo depende de qué clase de futuro desee uno.

Si la humanidad sobrevive a la década siguiente, el escuchar música en el coche será una actividad considerada primitiva y obscena por los habitantes de la segunda mitad de este siglo. Eso es lo que pienso cuando conduzco. Igual que mis abuelos nacieron en un planeta que no reconocen hoy, si por una de aquellas llegara a superar los noventa años, cosa que dudo pues los solteros de nacimiento vivimos menos, yo tampoco sabré en 2070 dónde habrán ido a parar todos los coches.

Walter Lippmann escribe una frase en la primera página del primer capítulo de La opinión pública que sigue vigente, sobre todo en épocas de grandes cambios: «En la vida de cada hombre hubo un instante en que aún estaba adaptado a un entorno que ya había dejado de existir».

El siglo XXI, que espera alcanzar al XXII, no necesita de las costumbres del XX.

Mientras termina el cambio de siglo, cantemos:



Wouldn't it be nice, de Brian Wilson, me acompañará de vez en cuando al volante a partir de ahora.

dissabte, de gener 19, 2008

ELLA REPITE LA PALABRA DJ

Para compensar un poco (aunque no sé a quién) por la sobredosis de palabras de la última semana, presento aquí la canción de mis navidades:



[La imagen no es muy allá, pero es el vídeo con mejor sonido que he encontrado. La canción acaba hacia 2'20''].

Para aquellos que vayan tan perdidos como yo, Morrisey es el otro nombre por el que responde esa persona humana que era «la voz de los Smith», mucho más famosos, andevaparar. El que canta es Leo García, a quien no conocía pero parece que goza de mucho éxito en Argentina.

No sé. A mí me resulta tan enigmática que me es difícil no darle otra vez al play.

dilluns, d’octubre 22, 2007

NUEVE. OCTUBRE, 1947

ATENCIÓN: ¡la primera temporada de frenesí actualizador del fin de semana del blog tiene banda sonora! Desciende hasta el final de la página para...

¡NO! ¡La primera temporada de frenesí actualizador del fin de semana finaliza aquí! ¡No desciendas! ¡No actives nada!

Acabemos como empezamos, con el Laisse tomber les filles de Serge Gainsbourg, cantada por France "me perdonan que a veces desafine porque soy muy mona y además deben entender ustedes que el francés es muy difícil de pronunciar y es parte de mi encanto" Gall en 1964.



Fin. No sigan subiendo.

dissabte, d’octubre 20, 2007

UNO. RECUERDO SATISFACTORIO

Entre semana me resulta imposible actualizar (falta de tiempo, falta de ganas), y para dar salida a los posts que quieren pero no pueden salir al día, queda inaugurada la primera temporada de frenesí actualizador del fin de semana. Espero que no se repita. Veamos qué sale.

Primero, la banda sonora del frenesí. Chick Habit, versión de April March sobre el Laisse tomber les filles de Gainsbourg.



La sala vaciándose y la película vista.

diumenge, de maig 20, 2007

RONDA DE CÁPSULAS MULTICOLORES

Antes que nada, pincha disco:



1.
No sé en qué momento de mi vida pasada escuché por primera vez esta canción de los Pixies, pero cuando volvió a cruzarse en mi camino el año pasado, mis neuronas reconocieron este sonido como algo que había sido archivado asociado al verano. Y pienso en el verano cada vez que la oigo. Lo curioso es que no es un verano en concreto, sino "el verano" en términos absolutos. Eso es Here Comes Your Man.

2.
Siguiendo un poco con esto del verano y las canciones, acabo de averiguar por Internet que El africano (a.k.a. "mami qué será lo que tiene el negro"), de Georgie Dann, que yo tenía asociada a un verano en Alcalá del Júcar, es de 1985. Esa canción suena en mi mente cuando me recuerdo bajando la calle paralela al río que baja hacia el puente.

3.
Cuando hace unos once años empezaba a dividir las series de televisión que me gustaban en temporadas y en capítulos, era yo el raro. "Ah, pero... ¿los capítulos de Expediente-X tienen título?" (Carlos dixit). Sí, tienen un título, un orden y un código de producción y un orden de emisión. Alrededor de 24 capítulos por temporada, de septiembre-octubre a mayo-junio, con una duración, minuto arriba minuto abajo, de 42' para los dramáticos y de 21' para las sitcoms. Con la explosión de series de esta década, que pueden ser seguidas semanalmente gracias a los programas de intercambio de archivos, el resto del mundo ha aprendido a llamar a las cosas por su nombre, y a saber que quiere descargarse el episodio tal de tal temporada, que se titula asá. ¿Somos todos raros?

4.
Hoy no sé cómo me he puesto algo nostálgico, y si hay algo en el mundo que me ponga más nostálgico todavía, ese algo es la sintonía y la cabecera de M*A*S*H, que seguía con devoción a mediados de los ochenta.



¿Quién me iba a decir a mí que llegaría al 2007?

PD: no, esto no llega a ser un "greatest hits", pero se le parece.

dissabte, d’abril 21, 2007

CON LAS OREJAS AL VOLANTE

Desde hace unos meses, conducir se ha convertido en una experiencia nueva. Sigue sin ser algo que me entusiasme ni necesite compulsivamente, como es el atiborrarme de lecturas dispares y de porno (ambos vicios infantiles que ya no me abandonarán jamás), pero desde que Pau me dio un dvd repleto de música destinado a ser escuchado en el reproductor mp3 del coche nuevo, si tengo que coger el coche, ese dvd va conmigo, e introducirlo en la ranura es la primera acción que llevo a cabo después de acomodarme al volante. Cuando giro el contacto, se silencia unos segundos, pero tras esa pequeña interrupción, la música no deja de sonar hasta que alcanzo el destino -la universidad, por lo general.

The First Song, de Band of Horses, me da la bienvenida cada vez que empieza el disco. Al principio solía dejarla, pero últimamente salto a otras canciones, como Close your Eyes, Beneath the Rose o Don't You, de Micah P. Hinson o, en los últimos días, Left your Door Unlocked, de Harlan T. Bobo, que me recuerda al ambiente melancónico de The Book of Illusions de Auster, novela que me tiene absorbidos los sesos desde hace una semana. He escuchado también estas canciones en el portátil, pero no suenan ni de lejos la mitad de bien que teniendo una línea de asfalto en el horizonte.

No acostumbro a hacer demasiado caso a la música. Cada uno tiene sus aficiones y sin duda saber de grupos, estilos y canciones no es la mía. Ya me ocupan suficiente tiempo las historias presentadas en novelas, cuentos, ensayos, tebeos, películas, series de TV o periódicos. Es por ello que de vez en cuando no viene mal que alguien me aconseje con un puñado de canciones a las que valga la pena poner la oreja encima.

Para que os hagáis una idea de lo que con bastante probabilidad sea lo que esté escuchando el día que me estampe contra uno de los quitamiedos de alguna salida de la carretera o me sorprenda algún camión de cara, aquí una muestra: Beneath the Rose, de Micah P. Hinson (26 años ahora, tres menos cuando sacó esta canción; para deprimirse).



 
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